El nuevo comienzo de Palomo



Palomo era un gato gris y esponjoso que vivía en una acogedora casa con su familia humana. Pero un día, cuando la pandemia llegó, todo cambió.

Sus dueños tuvieron que abandonar la ciudad y no pudieron llevarlo con ellos. Palomo se quedó solo en la casa, esperando pacientemente a que volvieran. Pasaron los días y las semanas, pero su familia nunca regresó.

El hambre comenzaba a apoderarse de él, ya que no tenía comida ni agua fresca. Una tarde soleada, mientras Palomo exploraba el vecindario en busca de algo para comer, escuchó un ruido proveniente de una pequeña tienda de mascotas llamada "El Paraíso Felino". Decidió entrar y ver qué encontraba allí.

Dentro de la tienda había muchos animales buscando hogar: perros, conejos e incluso otros gatos como él. Palomo se acercó tímidamente al mostrador donde estaba el dueño del lugar, Don Félix.

Don Félix era un hombre amable y amoroso con todos los animales que llegaban a su tienda. Cuando vio a Palomo tan desnutrido y triste, supo inmediatamente que tenía que ayudarlo. "¡Hola amiguito! ¿Estás perdido?", preguntó Don Félix con ternura. Palomo asintió con la cabeza y maulló débilmente.

Don Félix le dio agua fresca y algo de comida deliciosa. Luego lo envolvió en una manta cálida para que descansara mientras pensaba cómo ayudarlo aún más. Al día siguiente, Don Félix decidió encontrarle un nuevo hogar a Palomo.

Publicó anuncios en las redes sociales y puso un cartel en la ventana de su tienda, buscando una familia amorosa que pudiera brindarle todo el cariño y cuidado que merecía.

Muchas personas se interesaron por Palomo, pero Don Félix quería asegurarse de encontrar el hogar perfecto para él. Quería alguien que comprendiera sus necesidades y le diera mucho amor.

Un día, una niña llamada Lara vio el cartel en la ventana de "El Paraíso Felino" y supo de inmediato que quería darle un hogar a Palomo. Convenció a sus padres para ir a conocerlo y llevarlo a casa. Cuando Lara conoció a Palomo, fue amor a primera vista.

Sus ojos brillaban de alegría mientras acariciaba su pelaje suave. Sabía que serían los mejores amigos. "¡Mamá, papá! ¡Lo quiero! Por favor, podemos adoptarlo?", exclamó Lara emocionada. Sus padres también se enamoraron del dulce gatito y aceptaron llevarlo a casa.

Palomo finalmente tenía un nuevo hogar lleno de amor y cuidado. Lara lo alimentaba todos los días, jugaba con él y le daba muchos abrazos calentitos. Con el tiempo, Palomo superó completamente su tristeza por haber sido abandonado durante la pandemia.

Se dio cuenta de que ahora tenía una familia maravillosa que lo amaba más allá de cualquier cosa. A medida que pasaban los meses, Palomo se convirtió en el gato más feliz del mundo.

Agradecido por tener otra oportunidad en la vida, siempre recordaría aquellos días difíciles y cómo Don Félix y Lara le dieron una nueva oportunidad de ser amado.

Y así, Palomo vivió felizmente junto a su familia para siempre, recordando que el amor y la paciencia pueden cambiar vidas y hacer que los sueños se hagan realidad.

FIN.

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