El Nuevo Empleado



En un pequeño pueblo de montañas llamado Valle Verde, el ayuntamiento se encontraba en plena búsqueda de un nuevo trabajador. El puesto de administración había quedado vacante tras la jubilación de Don Pedro, un hombre querido por todos. Las noticias corrieron rápido y pronto muchos vecinos comenzaron a soñar con ocupar el lugar.

El día de la selección llegó. En la plaza central, un grupo variado de postulantes esperaban nerviosos. Había carpinteros, maestras, y hasta el panadero, Don Carlos, que nunca había hecho un trabajo de oficina. Todos querían demostrar que eran la persona ideal para el puesto.

La alcaldesa, Doña Clara, tuvo la idea de hacer una prueba inusual para decidir quién se llevaría el puesto.

"Les propongo un desafío - anunció Doña Clara con una sonrisa - Quiero que se ayuden entre ustedes para resolver los problemas del pueblo durante una semana. La persona que logre inspirar mejor a sus compañeros y encontrar soluciones será la elegida para el puesto."

Los postulantes se miraron con sorpresa y emoción.

"Esto va a ser un gran desafío, pero estoy listo para ayudar al pueblo", dijo Juan, un joven cartero que siempre soñaba con un trabajo en el ayuntamiento.

La semana comenzó, y los postulantes se dividieron en grupos. Don Carlos se unió a un grupo formado por algunos chicos de la escuela y una señora mayor que cuidaba el correo.

"¿Cómo podemos ayudar a nuestra comunidad?", preguntó la señora Ana, con voz temblorosa.

"Podríamos organizar un día de limpieza en el parque - sugirió una de las chicas - así todos trabajamos juntos y mantenemos nuestro pueblo más lindo!"

Y así lo hicieron. Prepararon carteles y fueron puerta por puerta invitando a todos a participar. El día del evento, el parque se llenó de vecinos dispuestos a trabajar.

Sin embargo, algo inesperado ocurrió. Una tormenta se desató mientras estaban en plena tarea, y todos quedaron atrapados en el parque.

"No podemos dejar que esto nos detenga! - gritó Juan - ¡Sigamos trabajando bajo la lluvia!"

"¡Claro! - afirmaron los demás - ¡La naturaleza nos está desafiando, y no podemos rendirnos!"

Así que, con paraguas en mano y risas, continuaron recogiendo basura. El momento se tornó en una fiesta: los adultos compartían meriendas mientras los niños jugaban en los charcos. La atenta mirada de Doña Clara siguió todos los movimientos, y no dejó de sonreír al ver a la comunidad unida.

Cuando la tormenta cesó, el pueblo brillaba más que nunca. Había sido un gran día.

"No esperaba que esto pasara, ¡pero ha sido maravilloso ver cómo todos se unieron!", comentó Doña Clara.

"Claro que sí, unimos fuerzas para cuidar lo que amamos", dijo Juan con una voz llena de orgullo.

Finalmente, llegó el gran día de la elección del nuevo empleado. Todos estaban emocionados. Doña Clara, ante la multitud, dijo estas palabras:

"Hoy hemos visto que hay algo más importante que cualquier habilidad administrativa. Lo que importa es el espíritu de colaboración. Y eso lo hizo Juan."

Los aplausos retumbaban en el aire.

"¡Yo aceptaré! ¡Voy a dar lo mejor de mí por nuestro pueblo!" exclamó Juan, con lágrimas de felicidad en sus ojos. Y así, se convirtió en el nuevo empleado del ayuntamiento.

El pueblo aprendió no solo a trabajar en equipo, sino que también entendió que cuando se enfrentan a dificultades juntos, pueden superar cualquier tormenta. Además, Juan era un ejemplo para todos de que se puede lograr el cambio si uno está dispuesto a involucrarse y ayudar al prójimo.

Así, Valle Verde no solo ganó un nuevo empleado, sino que se convirtió en un lugar más unido e inspirador para todos.

FIN.

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