El oasis solidario



En las vastas y exuberantes tierras de África, vivía un majestuoso león llamado Leopoldo, quien era el rey de la selva. A su lado, siempre estaba su fiel amigo ratón, llamado Rodolfo.

Un día soleado, mientras Leopoldo y Rodolfo paseaban por la sabana africana, escucharon unos ruidos extraños provenientes del bosque cercano. Decidieron acercarse para investigar qué ocurría. Al llegar al bosque, se encontraron con Mono y Rana, dos amigos que parecían muy tristes y hambrientos.

Leopoldo se acercó a ellos con una sonrisa amigable y preguntó: "¿Qué les ocurre, amigos?"Mono suspiró profundamente y respondió: "Leopoldo, Rodolfo... estamos pasando por momentos difíciles.

La sequía ha dejado sin comida a nuestra comunidad y no sabemos qué hacer". Rana asintió tristemente y agregó: "No podemos encontrar frutas ni insectos para alimentarnos. Estamos desesperados". Leopoldo miró a su amigo ratón con determinación en los ojos y luego volvió su atención hacia Mono y Rana.

"No se preocupen", dijo con voz firme. "Juntos encontraremos una solución".

Rodolfo tuvo una idea brillante e inmediatamente propuso: "Podemos buscar en las tierras vecinas donde hay más vegetación ¡Seguro encontraremos algo para ustedes!"Así fue como los cuatro amigos emprendieron un viaje en busca de alimentos frescos para Mono y Rana. Caminaron durante horas bajo el ardiente sol africano, pero nunca perdieron la esperanza.

Finalmente, llegaron a un hermoso oasis rodeado de árboles frondosos y llenos de deliciosas frutas. Mono y Rana no podían creer lo que veían. Sus estómagos rugieron de emoción. Leopoldo miró a sus amigos con una sonrisa y dijo: "Este lugar será nuestro nuevo hogar. Aquí tendrán comida suficiente para todos".

Los días pasaron y Mono y Rana se recuperaron rápidamente gracias a la generosidad de Leopoldo y Rodolfo. La selva volvió a estar llena de risas y alegría.

Pero un día, mientras disfrutaban juntos en el oasis, escucharon los gritos desesperados de un pequeño elefante atrapado en un pantano fangoso cercano. Sin dudarlo, Leopoldo corrió hacia el elefante e intentó liberarlo con todas sus fuerzas, pero era demasiado pesado. Fue entonces cuando Rodolfo tuvo una idea ingeniosa.

El ratón se acercó al elefante y le dijo: "No te preocupes, amigo. Juntos encontraremos una solución". En ese momento, Rodolfo comenzó a roer las cuerdas que ataban al elefante hasta lograr liberarlo por completo.

El pequeño elefante estaba tan agradecido que prometió ayudar siempre que pudiera a Leopoldo, Rodolfo, Mono y Rana. Desde aquel día, los cuatro amigos vivieron en armonía en el oasis africano.

Aprendieron que la amistad verdadera no tenía límites ni barreras, y que siempre es importante ayudarse mutuamente en los momentos difíciles. Y así, Leopoldo el león, Rodolfo el ratón, Mono y Rana vivieron felices y compartieron su comida con todos aquellos que lo necesitaban.

Juntos demostraron que la unión hace la fuerza y que cuando se trabaja en equipo, los sueños pueden hacerse realidad.

FIN.

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