El ogro bondadoso
Había una vez en un bosque encantado, un ogro llamado Óscar que vivía en una cueva. A pesar de su aspecto temible, Óscar era un ogro muy amable y divertido que adoraba a los niños del pueblo cercano.
Un día, mientras paseaba por el bosque, Óscar escuchó la sirena mágica de los niños que resonaba por todo el lugar.
Intrigado por ese sonido tan hermoso, decidió seguirlo hasta llegar a un lago cristalino donde descubrió a un grupo de hadas jugando con los niños. Los pequeños estaban maravillados con las hadas y su canto encantador. Sin embargo, al ver al ogro acercarse, algunos se asustaron y comenzaron a alejarse corriendo.
Óscar sintió su corazón entristecerse al darse cuenta de que su apariencia les causaba miedo. Decidido a cambiar esa situación, el ogro pidió ayuda a las hadas para encontrar una solución.
Ellas le regalaron una varita mágica especial que tenía el poder de transformar su aspecto y hacerlo más amigable para los niños. Con la varita en mano, Óscar pronunció unas palabras mágicas y en cuestión de segundos se convirtió en un simpático gigante con colores brillantes y una sonrisa radiante.
Los niños no podían creer lo que veían y se acercaron curiosos hacia él. "¡Hola! Soy Óscar, el ogro bueno. ¿Les gustaría jugar juntos?", les dijo emocionado. Los niños se miraron entre sí sorprendidos pero luego asintieron con entusiasmo.
Así comenzó una tarde llena de juegos, risas y aventuras en el bosque encantado. Óscar demostró ser un gran compañero de juegos, siempre dispuesto a ayudar y divertirse con los pequeños.
Poco a poco, los niños fueron perdiendo el miedo al ogro y descubrieron que bajo esa apariencia diferente se encontraba un corazón bondadoso y generoso. Juntos aprendieron importantes lecciones sobre la importancia de no juzgar a alguien por su apariencia y valorar la verdadera esencia de las personas.
Al caer la noche, las hadas hicieron sonar nuevamente la sirena mágica para despedir a los niños. Todos se abrazaron emocionados prometiendo volver pronto para seguir compartiendo momentos inolvidables junto al dulce ogro convertido en amigo.
Desde ese día, Óscar siguió siendo parte importante en la vida de los niños del pueblo quienes aprendieron a ver más allá de las apariencias y disfrutar de la magia que puede surgir cuando nos abrimos a conocer a otros sin prejuicios ni temores.
FIN.