El Ogro del Bosque Amistoso
Había una vez un hermoso bosque lleno de animales salvajes y amigos. Allí vivía un ogro solitario llamado Óscar, que, por su aspecto y su voz profunda, asustaba a los demás animales. Aunque no quería causar miedo, siempre terminaba siendo rechazado.
Un día, mientras paseaba por su parte del bosque, Óscar escuchó un llanto suave. Se asomó detrás de un arbusto y vio a una pequeña ardilla llamada Sofía, atrapada en una trampa.
"¡Ayuda, por favor!" - gritó Sofía, con los ojos llenos de lágrimas.
Óscar, con su gran y fuerte cuerpo, se acercó con cuidado.
"No te preocupes, pequeña. Te sacaré de ahí" - dijo el ogro, utilizando sus enormes manos para abrir la trampa.
Sofía salió corriendo y, al ver que el ogro era amable, decidió agradecerle.
"¡Gracias, Óscar! No esperaba que fueras tan amable. Eres muy fuerte y valiente" - exclamó la ardilla.
Óscar, sorprendido y sonrojado (si es que los ogros se sonrojan), sonrió por primera vez en mucho tiempo.
"No soy tan malo como piensan los demás" - confesó.
Con el tiempo, Sofía y Óscar se hicieron amigos inseparables. Ambos exploraban el bosque, compartían historias y descubrían nuevos lugares. Sofía le presentó a Óscar a otros animales, como a Lucas el ciervo y a Clara la coneja. Al principio todos miraban al ogro con desconfianza, pero al ver su bondad, lentamente empezaron a abrirse hacia él.
"No sé por qué le tienen miedo" - decía Clara.
"Eso lo decidieron antes de conocerlo, pero Óscar es un gran amigo" - añadió Sofía.
Pero un día, una tormenta feroz barrió el bosque. Un árbol gigante cayó cerca de la cueva de Óscar, bloqueando la entrada.
"¡Ayuda!" - gritó el ogro, aunque nadie podía oírlo.
Y justo en ese momento, Sofía, Lucas y Clara escucharon un gran estruendo. Desde la distancia, notaron que algo había salido mal.
"¡Debemos ayudar a Óscar!" - dijo Lucas decidido.
Los tres animales corrieron hacia la cueva del ogro. Al llegar, vieron al árbol enorme que aplastaba la entrada.
"Óscar, estamos aquí!" - gritó Sofía.
"No puedo salir! El árbol es demasiado pesado" - respondió el ogro, con tristeza en su voz.
"¡No te preocupes!" - exclamó Clara. "Los amigos siempre encontramos la manera de ayudar".
Juntos, los tres amigos organizaron un plan. Sofía subió a la cima del árbol y comenzó a mover las ramas.
"¡Óscar, empuja un poco más fuerte!" - le gritó.
El ogro,, con todas sus fuerzas, trató de desplazar la estructura.
Lucas y Clara se posicionaron detrás de su amigo. Con un último esfuerzo en conjunto, lograron hacer que el árbol se moviera lo suficiente para liberar a Óscar.
"¡Lo conseguimos!" - gritaron todos a la vez.
Óscar salió de su cueva, casi sin poder contener su alegría.
"¡Ustedes fueron increíbles! Nunca pensé que tantos animales irían a ayudarme" - dijo con emoción.
Desde aquel día, el ogro nunca estuvo solo. Todos los animales del bosque se dieron cuenta de que el verdadero valor no está en la apariencia, sino en el corazón.
Y así, Óscar se convirtió en el protector del bosque, mientras que sus amigos vivieron felices, disfrutando de la compañía del ogro más amistoso de todos. Y todos aprendieron que juntos, podían enfrentar cualquier desafío.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.