El ojo infinito iluminado



Había una vez en el fondo del mar, un lugar misterioso y lleno de vida llamado Maravillamar. En este lugar vivían diferentes especies marinas que disfrutaban de la tranquilidad y belleza de su hogar.

Pero algo extraño ocurría, se decía que en lo más profundo del océano descansaba un oscuro ojo infinito que todo lo ve.

Los habitantes de Maravillamar hablaban entre susurros sobre esta leyenda, pero nadie se atrevía a explorar las profundidades para confirmar si era cierto. Todos tenían miedo de lo desconocido y preferían quedarse en la superficie donde se sentían seguros. Sin embargo, había un pequeño pez llamado Pepito que no le tenía miedo a los desafíos.

Él siempre estaba buscando nuevas aventuras y quería descubrir qué había realmente debajo del mar. Un día, mientras nadaba cerca de la Gran Barrera Coralina, Pepito escuchó unas voces entusiasmadas provenientes de una cueva cercana.

Se acercó sigilosamente y vio a un grupo de peces discutiendo sobre el oscuro ojo infinito. "Dicen que tiene poderes mágicos y puede conceder deseos", susurró uno. "¡No puedo creerlo! ¡Sería genial pedirle algo especial!", exclamó otro.

"Pero también dicen que aquellos que se acercan demasiado al ojo nunca regresan", advirtió uno más sabio. Pepito sintió una mezcla de emoción y temor dentro su pecho.

Sabía que era peligroso, pero también pensó en todas las cosas maravillosas que podría descubrir si se aventuraba a explorar el ojo infinito. Decidió tomar una decisión valiente y se dirigió hacia la cueva. Mientras nadaba en lo más profundo del océano, Pepito se encontró con criaturas asombrosas y paisajes submarinos impresionantes.

Pero también había momentos de peligro, como cuando un tiburón hambriento intentó atraparlo. Sin embargo, Pepito demostró su astucia y logró escapar ileso. Finalmente, después de una larga travesía, Pepito llegó al lugar donde supuestamente descansaba el oscuro ojo infinito.

Para su sorpresa, no era oscuro ni amenazante como todos decían. Era un hermoso ojo luminoso que emitía destellos de colores brillantes. —"Hola" , dijo Pepito tímidamente. El ojo infinito parpadeó y respondió: "¡Hola! ¿Qué te trae hasta aquí?".

Pepito explicó su deseo de explorar nuevos lugares y aprender más sobre el océano. El ojo infinito sonrió amablemente y le concedió ese deseo. A partir de ese día, Pepito se convirtió en el guía turístico del océano.

Ayudaba a otros peces a descubrir las maravillas del mar y les enseñaba la importancia de cuidar su hogar. La leyenda del oscuro ojo infinito fue desmentida gracias a la valentía y curiosidad de Pepito.

Aprendieron que no debemos temer lo desconocido, sino abrazarlo con respeto y cautela para encontrar nuevas oportunidades y crecer como individuos. Y así, en Maravillamar, todos aprendieron a mirar más allá de lo que ven sus ojos y a explorar las maravillas que el mundo tiene para ofrecer.

FIN.

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