El Osito Desordenado y su Gran Aventura
Había una vez un pequeño osito llamado Teddy. Teddy vivía en un lindo bosque junto a sus amigos: Pipi la ardillita y Lucho el conejito. Teddy era un osito muy divertido, ¡pero había un problema! Era TERRIBLEMENTE desordenado.
Cada mañana, al despertar, su cueva parecía un verdadero caos.
"¡Oh no!" - exclamaba Pipi al ver la cueva desordenada. "Teddy, deberías ordenar un poco tu casa."
"¿Para qué?" - respondía Teddy, riendo. "Me gusta así, es más divertido!"
Pero un día, mientras jugaban afuera, Teddy notó algo extraño. ¡Se había perdido su pelotita roja preferida!"¿Dónde estará mi pelotita?" - preguntó angustiado.
"Quizás está en tu cueva, entre todo ese desorden!" - sugirió Lucho.
"¡Ay no! Tengo que encontrarla!" - gritó Teddy.
Los tres amigos corrieron a la cueva. Cuando llegaron, la situación era aún peor. Había ropa de colores, juguetes por el suelo y hasta restos de galletitas. Teddy se sintió muy mal al ver su hogar así.
"No puedo buscar mi pelotita si no encuentro nada!" - dijo Teddy con tristeza.
"¿Y si hacemos un juego?" - propuso Pipi. "Podemos ordenar todo y así buscar tu pelotita más rápido!"
"No sé..." - dudó Teddy,
"¡Ven! Si lo hacemos juntos será divertido!" - animó Lucho.
Teddy finalmente aceptó. Juntos empezaron a recoger todo. "¡Mirá cómo brilla el suelo!" - dijo Pipi emocionada. "Y acá está tu gorro azul, Teddy!"
Con cada juguete que levantaban, Teddy se iba convenciendo de que ordenar no era tan aburrido.
"¡Mirá! ¡Hay un montón de cosas! ” - gritó Lucho mientras sacaba un osito de peluche que Teddy creía perdido.
Después de un rato, la cueva comenzó a verse ordenada y brillante. Y, de repente, ¡una luz apareció entre un montón de hojas!"¡Mirá! ¡Es mi pelotita roja!" - gritó Teddy lleno de alegría.
"¡Lo logramos!" - dijeron Pipi y Lucho juntos, dándole un gran abrazo a Teddy.
Teddy estaba tan contento no solo porque había encontrado su pelotita, ¡sino porque su casa ahora era un lugar hermoso!"Gracias, amigos. Aprendí que ser ordenado puede ser divertido y que es mejor jugar en un lugar limpio!" - dijo Teddy con una gran sonrisa.
A partir de ese día, Teddy se volvió un osito un poco más ordenado. Y cada vez que jugaba, se aseguraba de recoger al final del día, porque sabía que sus amigos amaban un hogar lindo y ordenado.
Y así, Teddy, Pipi y Lucho pasaron muchas aventuras en su pequeño bosque, llenos de risas y diversión, siempre manteniendo su hogar limpio y ordenado.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.