El osito gris



Había una vez una niña llamada Lucía, que tenía un osito de peluche de color gris clarito con una cinta dorada en el cuello.

A Lucía le encantaba jugar con sus juguetes: tenía una muñeca, un balde, una pala y un molde de ladrillos para construir casas. Un día, Lucía decidió que quería construir una casa para su osito gris. Con la ayuda de sus juguetes, se puso manos a la obra.

"Vamos, osito gris, necesitamos construirte una casa acogedora", dijo Lucía con entusiasmo. Utilizó el balde y la pala para cavar un pequeño hoyo, y luego colocó los ladrillos uno encima del otro, con cuidado y dedicación.

La muñeca actuaba como supervisora, asegurándose de que todo estuviera en su lugar. Finalmente, la pequeña casa de ladrillos estaba lista, y Lucía colocó a su osito gris dentro. "¡Es perfecta!" exclamó Lucía, radiante de alegría.

A partir de ese día, Lucía y su osito gris pasaron horas de diversión en su nueva casita. Lucía aprendió el valor del trabajo en equipo y la importancia de cuidar a sus juguetes. Y el osito gris siempre estuvo a su lado, recordándole que con amor y creatividad, se pueden lograr grandes cosas.

FIN.

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