El osito que aprendió a cuidarse


a manta más suave y caliente que tenía, pero Benito siempre lograba quitársela mientras dormía. Un día, Olivia decidió buscar una solución para el problema de Benito.

Se dirigió a la casa del sabio búho llamado Baltasar en busca de consejo. El sabio búho era conocido por su gran sabiduría y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Olivia llegó al árbol donde vivía Baltasar y lo encontró en la rama más alta.

"Baltasar, necesito tu ayuda", dijo con voz preocupada. "Mi pequeño Benito se destapa todas las noches y se despierta con frío. ¿Qué puedo hacer?".

El búho pensativo movió su cabeza varias veces antes de responder: "-Creo que tengo una idea, Olivia. Podemos enseñarle a Benito a cuidarse él mismo". Olivia miró al búho con curiosidad y le pidió que le explicara cómo podían hacerlo. "-Debemos enseñarle a Benito sobre la importancia de cubrirse durante la noche", respondió Baltasar.

Juntos, decidieron llevar a cabo un plan para enseñarle esta importante lección al pequeño oso. Al día siguiente, Olivia llevó a Benito al bosque y comenzaron su aventura educativa.

Primero, encontraron una ardilla llamada Susana que les mostró cómo construir un nido acogedor usando hojas secas y ramitas. "-Benito, si te haces un nido como este cada noche, estarás protegido del frío", dijo Susana mientras mostraba el nido.

Luego, se encontraron con un conejo llamado Ramiro que les enseñó a tejer una manta con hierba y hojas. "-Benito, si haces una manta como esta, podrás cubrirte por la noche y no tendrás frío", explicó Ramiro. Benito estaba emocionado con todas las lecciones que estaba aprendiendo.

Agradeció a Susana y Ramiro por su ayuda y siguió adelante con Olivia y Baltasar. Mientras caminaban, se encontraron con un zorro llamado Maxi quien les mostró cómo hacer una fogata segura para mantenerse calientes durante la noche.

"-Benito, si aprendes a hacer una fogata como esta, podrás mantenerte caliente sin necesidad de destaparte", dijo Maxi mientras encendía el fuego.

El pequeño oso prestaba mucha atención a cada uno de los consejos y trataba de recordar todo lo que le habían enseñado. Estaba decidido a cuidarse él mismo durante la noche. Después de un día lleno de aventuras educativas, Benito regresó a casa junto a su mamá Olivia.

Ahora tenía nuevas habilidades para protegerse del frío durante la noche. Cada noche, Benito construía su propio nido acogedor usando hojas secas y ramitas, tejía su propia manta con hierba y hojas, e incluso hacía pequeñas fogatas controladas para mantenerse caliente. Olivia estaba muy orgullosa de su hijo.

Nunca más tuvieron problemas de destaparse durante la noche porque Benito había aprendido a cuidarse él mismo gracias a las valiosas lecciones que había recibido del sabio búho Baltasar, Susana la ardilla, Ramiro el conejo y Maxi el zorro.

A partir de ese momento, Benito se convirtió en un osito muy responsable y siempre recordaba cubrirse durante la noche para no pasar frío. Y así, vivieron felices y calentitos para siempre.

Dirección del Cuentito copiada!