El oso adicto a las papas fritas



Había una vez en el bosque un oso llamado Osvaldo, a quien le encantaba comer papas fritas. Todos los días, Osvaldo salía a buscar las papas más crujientes y sabrosas que pudiera encontrar. Se las comía todas juntas, sin importarle el cansancio o los problemas que le traía esta adicción.

Un día, el conejo Raulito se acercó a Osvaldo y le dijo: -¡Oye, Osvaldo! Te estás poniendo muy gordon por comer tantas papas fritas. Deberías comer frutas y verduras para mantenerte sano.

Osvaldo, molesto, le respondió: -¡Déjame en paz, Raulito! Las papas fritas son lo mejor que hay, no necesito nada más.

Pero un día, Osvaldo comenzó a sentirse mal. Su barriga dolía y no tenía energía para jugar con sus amigos. Asustado, decidió visitar a la sabia tortuga Matilde, quien le dijo: -Osvaldo, tu adicción a las papas fritas te está haciendo daño. Debes aprender a comer de forma balanceada para sentirte bien.

Osvaldo no quería aceptar que su amor por las papas fritas le estaba causando problemas, pero decidió darle una oportunidad a las frutas y verduras.

Al principio le costó, pero con paciencia y la ayuda de sus amigos, Osvaldo comenzó a disfrutar de nuevos sabores y a cuidar su cuerpo. Poco a poco, su energía volvió y se dio cuenta de que podía ser feliz sin excederse con las papas fritas.

Desde ese día, Osvaldo encontró un equilibrio en su alimentación y nunca más volvió a abusar de las papas fritas. Ahora disfrutaba de una vida saludable y llena de energía, agradeciendo a sus amigos por ayudarlo a cambiar sus hábitos.

FIN.

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