El oso benevolente



Había una vez un oso llamado Benito que vivía en lo más profundo del bosque. Era enorme y poderoso, por lo que todos los demás animales le temían y preferían mantenerse alejados de él.

Esto entristecía mucho a Benito, ya que en su interior era un oso amable y bondadoso. Un día, mientras caminaba por el bosque, Benito encontró a una pequeña ardilla llamada Lola atrapada en una rama alta de un árbol.

Sin pensarlo dos veces, el oso gigante se acercó al árbol y con sus fuertes garras logró liberar a la ardillita. Lola estaba muy asustada al principio, pero pronto se dio cuenta de que Benito no quería hacerle daño.

Desde ese día, Lola se convirtió en la mejor amiga del gran oso. Juntos exploraban el bosque, jugaban y compartían historias. Un día soleado, mientras paseaban cerca del río, escucharon un llanto desesperado.

Se acercaron sigilosamente para ver qué pasaba y descubrieron a Pedro el conejo atrapado en una red de cazadores furtivos. Benito no dudó ni un segundo y usó toda su fuerza para romper la red y liberar a Pedro.

El conejo estaba tan emocionado que saltaba de alegría por haber sido rescatado por el temido oso. Desde ese momento, Pedro también se unió al grupo de amigos inusualmente valientes: Benito el oso bueno y Lola la ardilla intrépida.

Juntos formaron un equipo especial para ayudar a otros animales necesitados en el bosque. Rescataron a aves atrapadas en redes, ayudaron a los pajaritos a construir sus nidos y protegieron a los animales más pequeños de los depredadores.

Poco a poco, la noticia sobre las buenas acciones del oso Benito se fue extendiendo por todo el bosque. Los demás animales comenzaron a darse cuenta de que el tamaño no siempre era sinónimo de maldad y que Benito era un oso noble y generoso.

Un día, cuando el grupo estaba descansando bajo un árbol, llegó una delegación de animales para pedir ayuda. Había un lobo herido que necesitaba ser llevado al arroyo para recibir atención médica urgente.

Benito sabía que su gran tamaño podría intimidar al lobo herido, pero también sabía que si no lo ayudaba, podría morir. Con valentía y delicadeza, se acercó al lobo herido y con mucho cuidado lo levantó con sus poderosas patas.

Los otros animales quedaron asombrados al ver cómo Benito trataba tan gentilmente al lobo herido. A partir de ese momento, todos entendieron que el oso gigante solo quería ayudar y proteger a todos los habitantes del bosque.

El acto heroico de Benito cambió la forma en que los demás animales lo veían. Ahora todos reconocían su bondad y lealtad hacia ellos. El temor desapareció por completo y todos vivieron juntos en paz y armonía.

Desde aquel día, Benito se convirtió en el protector del bosque y todas las criaturas confiaban plenamente en él. El oso gigante demostró que no importa cuán grande seas, siempre puedes usar tu fuerza para hacer el bien y ayudar a los demás.

Y así, Benito, Lola y Pedro siguieron viviendo aventuras en el bosque y enseñando a todos que no debemos juzgar por las apariencias, sino por el corazón.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!