El oso de peluche mágico
Había una vez un niño llamado Tomás, que tenía un peluche de oso al que llamaba —"Oli" . Todas las noches, antes de dormir, Tomás abrazaba a su peluche y le contaba sus secretos y preocupaciones.
Un día, mientras Tomás estaba profundamente dormido, algo extraordinario sucedió. Oli cobró vida y empezó a hablarle alegremente:- ¡Hola Tomás! Soy Oli, tu osito de peluche. ¿Cómo estás? Tomás se despertó sobresaltado al escuchar una voz desconocida en su habitación.
Al abrir los ojos vio a Oli moviendo sus patitas y sonriéndole con dulzura. - ¿Qué está pasando? - preguntó el niño incrédulo. - No te asustes - respondió Oli -.
Soy tu amigo y siempre he estado aquí para ti. Solo que ahora puedo hablarte directamente. Tomás no podía creer lo que estaba viendo y escuchando.
Pero pronto se dio cuenta de que era verdad: Oli había cobrado vida gracias a un deseo muy especial que él había hecho la noche anterior antes de dormir. A partir de ese momento, Tomás descubrió un mundo nuevo lleno de aventuras junto a su querido peluche animado.
Juntos recorrieron lugares mágicos como castillos encantados y bosques encantados donde vivían hadas y duendes. Pero también aprendieron muchas cosas importantes sobre la amistad, el valor del esfuerzo y la importancia del respeto hacia los demás seres vivos.
En cada aventura nueva surgían problemas inesperados pero juntos lograban superarlos gracias a su ingenio y valentía. Un día, cuando Tomás ya era un adolescente, se despertó y se dio cuenta de que Oli había vuelto a ser un simple peluche.
Sin embargo, nunca olvidaría las maravillosas aventuras que vivió junto a su amigo animado y siempre lo recordaría con cariño. Y así termina esta historia sobre la amistad verdadera e incondicional entre un niño y su peluche animado.
Porque aunque todo vuelva a la normalidad, los recuerdos especiales siempre quedarán en nuestro corazón.
FIN.