El Oso Glotón y la Ensalada Mágica



En un frondoso bosque lleno de colores, vivía un oso llamado Pompón. Pompón era un oso muy simpático, pero había un problemita: ¡siempre tenía hambre! Un día, después de un largo paseo buscando miel y frutos, Pompón se sentó bajo un árbol y se quejó: "¡Estoy tan hambriento que creo que podría comerme un árbol entero!"

Mientras pensaba en lo que podía comer, un pequeño conejo llamado Lito se acercó.

"Hola, Pompón! ¿Por qué no comes frutas? Son muy ricas y te hacen bien."

"Pero ya me comí todas las que encontré. ¡Y quiero algo diferente!" respondió el oso, frotándose la pancita.

Lito se le iluminó la cara y dijo: "¿Y si hacemos una ensalada de frutas?".

Pompón se emocionó: "¡Esa es una gran idea!".

Los dos amigos comenzaron a recorrer el bosque recolectando diferentes frutas.

"Mirá, aquí hay fresas brillantes y jugosas!" decía Lito contento.

"¡Y plátanos! También por acá hay un árbol de manzanas!" agregó Pompón.

Juntos llenaron su canasta con todo tipo de frutas: kiwi, mango, piña, y mucho más. Cuando llegaron a un claro del bosque, decidieron prepararla.

Lito trajo una hoja grande que usarían como un cuenco. Pompón comenzó a cortar las frutas con unas hojas afiladas mientras Lito las iba echando con mucho cuidado.

"Mirá cuántas colores tiene nuestra ensalada, ¡es como un arcoíris!" comentó emocionado Lito.

"Sí, pero lo más importante es que todas juntas son muy nutritivas!" dijo Pompón.

Cuando terminaron, Pompón se frotó las patas.

"¡Ya no puedo esperar para probarla!".

"Espera, Pompón! Antes de comer, deberíamos pensar en compartirla. Asegurémonos de que todos en el bosque puedan disfrutarla." sugirió Lito.

"Eso sería genial. ¡Vamos a invitar a nuestros amigos!" respondió Pompón entusiasmado.

Salieron juntos a buscar a sus amigos: la ardilla Sofía, el ciervo Tomás, y la tortuga Tula.

"¡Chicos! Hicimos una ensalada mágica de frutas! ¿Quieren venir a probarla?".

Todos los animales llegaron al claro y se sentaron alrededor de la ensalada.

"¡Qué colorido, Pompón!" dijo Sofía.

"¿Podemos comer ya?" preguntó Tomás emocionado.

"Sí, pero primero agradecer a la naturaleza por todas estas frutas deliciosas y por permitirnos compartirlas juntos!" dijo Tula con su voz tranquila.

Entonces, antes de comer, todos los animales alzaron sus patas y dijeron al unísono: "¡Gracias, bosque!".

Pompón se sirvió una buena porción y al probarla exclamó: "¡Es deliciosa! ¡No sabía que las frutas podían ser tan ricas juntas!".

"Sí, la variedad es lo que hace que todo sea mejor!" dijo Lito feliz.

Todos disfrutaron de la ensalada y luego compartieron historias y risas. Al final, cuando ya no quedó ni una gota, Pompón se sintió satisfecho.

"Hoy aprendí algo importante. Comidas ricas como esta son aún más sabrosas cuando las compartimos!".

"¡Exactamente, Pompón! La amistad es como nuestra ensalada, cada uno aporta algo diferente que hace que todo sea especial!" concluyó Lito.

Desde aquel día, Pompón y Lito hicieron una tradición: cada mes preparaban una ensalada de frutas, siempre recordando que compartir era lo que más alegraba su corazón. Y así, el bosque se llenó de risas y colores, con Pompón siempre listos para una nueva aventura.

FIN.

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