El oso melodioso



En un hermoso bosque de la Patagonia vivía un oso llamado Benito. Benito era diferente a los demás osos, ya que no le gustaba vivir en el bosque.

Mientras todos los demás animales disfrutaban de correr entre los árboles y jugar en el río, a Benito simplemente no le interesaba. Un día, mientras caminaba por el borde del bosque, Benito se encontró con una pequeña ardilla llamada Anita.

Anita era muy curiosa y notó que algo le pasaba al oso. "Hola Benito ¿qué te ocurre? Pareces triste"- preguntó Anita con preocupación. "Hola Anita. No sé qué me pasa, pero siento que no encajo aquí en el bosque.

No me gusta trepar árboles ni cazar peces como hacen los demás osos. Me aburro mucho"- respondió Benito con tristeza. Anita escuchó atentamente y pensó durante unos segundos antes de responder:"Benito, cada uno es único y especial a su manera.

Tal vez tú tengas habilidades diferentes a las de otros osos. En lugar de enfocarte en lo que no puedes hacer, deberías descubrir lo que sí te gusta hacer". Las palabras de Anita resonaron en la mente de Benito y decidió seguir su consejo.

Se propuso encontrar algo que realmente disfrutara hacer. Dedicó días enteros explorando diferentes partes del bosque hasta que llegó a un claro lleno de flores silvestres multicolores.

Ahí fue cuando vio algo maravilloso: ¡una guitarra abandonada! Benito nunca había visto una guitarra antes, pero sintió una conexión instantánea con ella. La tomó entre sus patas y comenzó a tocar. Aunque al principio sonaba desafinado, poco a poco fue mejorando su técnica.

Cada día, Benito se sentaba en el claro y tocaba hermosas melodías que llenaban el bosque de alegría. Los demás animales se acercaban para escucharlo tocar e incluso bailaban al ritmo de su música.

Un día, mientras tocaba su guitarra, una familia de pájaros se posó sobre las ramas cercanas y comenzaron a cantar junto a él. Juntos crearon una sinfonía mágica que resonó por todo el bosque.

La noticia del talento musical de Benito se extendió rápidamente y pronto llegaron animales de otros lugares para escucharlo tocar. El bosque se convirtió en un lugar lleno de vida y alegría gracias a la música del oso que no quería vivir en el bosque.

Benito había encontrado su verdadera pasión y descubrió lo importante que era ser fiel a sí mismo. Ya no se sentía diferente o fuera de lugar, sino parte integral del bosque que amaba tanto.

A partir de ese momento, Benito siguió tocando la guitarra todos los días, compartiendo su música con todos los animales del bosque. Y así, demostró que cada uno tiene algo especial dentro de sí mismo y puede encontrar su propósito único si sigue sus sueños.

Y así termina la historia del osito Benito quien encontró su pasión en la música y enseñó al mundo la importancia de ser auténtico consigo mismo.

FIN.

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