El oso que aprendió a escuchar



Había una vez un osito llamado Oso Comida Tarde Dormir. Como su nombre lo indica, a Oso le encantaba comer tarde y dormir mucho.

Todos los días, se despertaba al mediodía y comenzaba a buscar algo delicioso para comer. Un día, mientras paseaba por el bosque en busca de su comida favorita, las bayas jugosas, se encontró con su amigo Conejo Saltarín. "¡Hola Oso! ¿Buscando algo rico para comer?" -preguntó Conejo con una sonrisa. "Sí, Conejo.

Estoy buscando bayas jugosas. ¿Me acompañas?"Conejo aceptó encantado y juntos comenzaron a reagarrar las bayas más sabrosas que encontraban en el camino.

Pero mientras estaban ocupados recolectando frutas, no se dieron cuenta de que el sol ya estaba ocultándose detrás de las montañas. "Oso, deberíamos regresar pronto antes de que oscurezca. " -advirtió Conejo preocupado.

Pero Oso solo pensaba en la deliciosa cena que tendría esa noche y decidió seguir buscando más bayas sin prestar atención al consejo de su amigo. A medida que avanzaban más profundo en el bosque, la oscuridad se hacía cada vez más densa y los ruidos misteriosos empezaron a asustarlos.

Finalmente, Oso decidió dar marcha atrás e irse a casa cuando vio unos ojos brillantes entre los arbustos cercanos. "¡Corramos!" -gritó asustado mientras tomaba la mano de Conejo y ambos salían disparados hacia su madriguera.

Una vez a salvo, Conejo le dijo a Oso con voz seria: "Oso, necesitas aprender a escuchar los consejos de los demás. Si hubieras vuelto cuando te lo dije, no habríamos pasado miedo en el bosque oscuro".

Oso bajó la cabeza avergonzado y se dio cuenta de que había cometido un error al ignorar las advertencias de su amigo. A partir de ese día, decidió ser más atento y considerado con los demás.

Desde entonces, Oso Comida Tarde Dormir aprendió que no siempre es bueno hacer las cosas a su manera sin prestar atención a los consejos. Valoraba la amistad y entendía que escuchar y respetar las opiniones de los demás era importante para evitar problemas innecesarios.

Y así, Oso y Conejo siguieron siendo grandes amigos, compartiendo aventuras emocionantes pero siempre recordando la importancia de cuidarse mutuamente y escuchar los consejos sabios del otro.

FIN.

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