El oso y la miel salvadora



En lo más profundo del bosque, vivía un oso muy travieso llamado Osi. Osi adoraba la miel, tanto que siempre llevaba consigo una gran jarra llena de ella a todas partes donde iba.

Un día, Osi decidió construir un estanque de agua fresca y cristalina donde pudiera refrescarse y pescar algunos peces.

Pero lo que realmente emocionaba a Osi era la idea de que su estanque estuviera rodeado de flores silvestres, pues pensaba que así el lugar se vería aún más hermoso.

Una tarde calurosa, Osi se puso manos a la obra. Excavó con sus grandes garras y movió piedras hasta lograr un estanque perfecto.

Llenó el estanque con agua clara y fresca, y lo rodeó con las flores más hermosas que pudo encontrar en el bosque. Pero había un pequeño problema: a pesar de la cantidad de flores que había alrededor, no había ninguna flor de las que contienen miel.

Esto entristeció mucho a Osi, ya que pensaba que su estanque no sería completo si no había una flor de miel. Decidió irse en busca de una flor de este tipo para plantarla cerca del estanque.

Osi

caminó largo y tendido por el bosque, preguntando a cada flor que se encontraba si alguna de ellas podría contener miel, pero todas le respondían que no. Osi ya empezaba a desesperarse cuando escuchó una suave melodía proveniente de una colina.

Subió tan rápido como pudo, y al llegar a la cima, encontró a una abeja revoloteando alrededor de una flor con pétalos dorados. Osi se acercó a la abeja y le preguntó si la flor podría producir miel.

La abeja le respondió que esa flor, llamada Girasol, era famosa por producir la miel más deliciosa del bosque.

Entusiasmado, Osi pidió a la abeja llevarlo a donde crecían más Girasoles. La abeja accedió y lo llevó a un campo donde había un sinfín de estas hermosas flores.

Osi cogió un puñado de semillas de Girasol y las plantó alrededor de su estanque. Con el paso de los días, las flores crecieron y comenzaron a producir exquisita miel. El estanque se convirtió en el lugar más hermoso y aromático del bosque.

Los animales del lugar acudían al estanque de Osi para admirar las flores y deleitarse con su miel. Finalmente, Osi logró tener su estanque perfecto, rodeado de la miel que tanto amaba, y se convirtió en el oso más feliz del bosque.

FIN.

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