El Oso y sus Nuevos Amigos



En un frondoso bosque lleno de árboles y flores, vivía un gran oso llamado Bruno. A pesar de su tamaño y su aspecto imponente, Bruno tenía un corazón dulce y soñaba con tener amigos. Sin embargo, los animales del bosque lo miraban de lejos, asustados por su tamaño.

Un día, Bruno decidió que ya era momento de intentar hacerse amigo de los otros habitantes del bosque. Entonces, comenzó a buscar a su primer potencial amigo, una pequeña rata llamada Rita.

"¡Hola, Rita!" - grita Bruno con su potente voz, causando que la rata se estremezca y se esconda detrás de un arbusto.

"¡Hola!" - responde ella temblorosa. "¿Qué quieres, oso?"

"Solo quería hablar contigo. Me gustaría ser tu amigo," - dice Bruno intentando sonreír, pero su gran boca mostraba más dientes de los que él hubiera querido.

"¡No, gracias! Eres muy grande y me asustas," - dice Rita, saliendo corriendo de su escondite.

Bruno se siente triste, pero no se rinde. Camina un poco más y se encuentra con un conejo llamado Carlos, que estaba masticando hojas en un claro.

"¡Hola, Carlos!" - dice Bruno con alegría.

"¡Ahhh!" - grita Carlos y da un salto hacia atrás. "¿Qué quieres, oso? No me lastimes, por favor!"

"No voy a lastimarte, Carlos. Solo quería decirte que soy Bruno y que me gustaría ser tu amigo."

"¿Amigo? No sé, eres muy grande y los osos a veces son peligrosos," - susurra Carlos un poco más tranquilo, pero aún sin acercarse.

Bruno, desilusionado, decide seguir su camino. Mientras paseaba, se encuentra con un perro llamado Patán que estaba jugando cerca de un arroyo.

"¡Hola, Patán! ¿Puedo jugar contigo?" - dice Bruno emocionado.

El perro lo mira, preocupado.

"¿Eres el gran oso que vive en el bosque?" - pregunta, moviendo su cola con desconfianza.

"¡Sí! Pero no quiero hacerte daño. Solo quiero divertirme y hacer amigos," - responde Bruno con sinceridad.

"Me gustaría, pero tengo miedo de que me lastimes por accidente," - dice Patán, bajando la cabeza.

Bruno se siente un poco más triste, pero decide que no va a dejar que el miedo de los demás lo detenga.

Entonces, un día se le ocurre una idea brillante. Decide organizar una gran fiesta en el bosque y invita a todos los animales.

Bruno empieza a trabajar en la fiesta, juntando frutos, colgando cintas y preparando un gran banquete con las cosas que le gustan. Coloca un cartel que dice: "¡Gran Fiesta del Oso! Todos están invitados!"

Los animales miran el cartel y se hablan entre ellos:

"¿Por qué el oso haría una fiesta?" - dice Rita.

"Tal vez quiere que nos caiga bien," - responde Carlos.

"No sé, pero a mí me da miedo," - dice Patán.

Finalmente, llegó el día de la fiesta y curiosamente muchos animales decidieron ir a ver qué pasaba. Al principio, estaban nerviosos, pero se dieron cuenta de que Bruno solo sonreía y ayudaba a todos a divertirse.

"¡Bienvenidos! Estoy tan feliz de que estén aquí. ¡Comencemos a jugar!" - dice Bruno emocionado, moviendo su cola con alegría.

Poco a poco, los animales empezaron a relajar sus miedos. Se divirtieron con juegos y bailes. Bruno ayudó a todos a disfrutar y a olvidarse de sus temores.

Al final de la fiesta, Bruno se acercó a Rita, Carlos y Patán.

"¿Vieron que no soy tan malo?" - pregunta, riendo.

"¡La fiesta fue increíble!" - explica Rita. "Podríamos hacer esto más seguido, ¿no?"

"¡Sí! A partir de hoy, quiero ser amigos de todos ustedes," - dice Bruno con una gran sonrisa.

Y así, el oso, la rata, el conejo y el perro se convirtieron en grandes amigos, aprendiendo que a veces se hacen malas ideas sobre los demás solo por su aspecto exterior. Desde entonces, jugaron juntos todos los días en su hermoso bosque, riendo y compartiendo aventuras, demostrando que lo que importa son los buenos corazones más allá del tamaño o la apariencia.

FIN.

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