El pacto de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, dos amigos inseparables: Carles y Mohamed. Ambos tenían 14 años y asistían a la misma escuela. Sin embargo, este año no había sido fácil para ellos.

Carles tenía una gran pasión por el fútbol, pero había descuidado sus estudios y ahora estaba triste porque iba a repetir curso. Se sentía desanimado y creía que nunca podría cumplir su sueño de convertirse en futbolista profesional.

Por otro lado, Mohamed era un chico muy inteligente, siempre sacaba buenas notas. Pero este año se había llevado una sorpresa al enterarse de que también iba a repetir curso. Estaba disgustado porque no entendía cómo pudo haberle pasado eso.

Un día soleado después de clase, Carles y Mohamed se encontraron en su lugar especial cerca del río. Carles estaba tan abatido que ni siquiera notó cuando Mohamed se sentó a su lado.

- Hola amigo, ¿qué te pasa? - preguntó Mohamed preocupado. Carles suspiró profundamente antes de responder: - Voy a repetir curso... estoy destrozado. No sé qué voy a hacer ahora. Mohamed lo miró con comprensión y le dijo: - Yo también voy a repetir...

Pensé que era el único en esta situación. Pero sabes qué, amigo? No importa cuántas veces repitamos, lo importante es aprender de nuestros errores y seguir adelante.

Carles levantó la cabeza lentamente y miró a su amigo con curiosidad: - ¿Aprender de nuestros errores? ¿Qué quieres decir? Mohamed sonrió amablemente antes de explicar: - A veces cometemos errores, como descuidar nuestros estudios o no prestar suficiente atención en clase. Pero eso no significa que seamos fracasados.

Significa que tenemos una oportunidad para corregir esos errores y esforzarnos más en el futuro. Carles reflexionó sobre las palabras de su amigo y poco a poco comenzó a sentirse más esperanzado.

Mohamed tenía razón, aún había una oportunidad para ellos. Decidieron hacer un pacto: trabajarían juntos para mejorar sus calificaciones y apoyarse mutuamente durante todo el año escolar. Además, prometieron nunca rendirse incluso si enfrentaban dificultades.

Con el tiempo, Carles y Mohamed se convirtieron en los mejores estudiantes de la clase. Estudiaron juntos, resolvieron dudas y compartieron consejos útiles. Su amistad se fortaleció aún más durante ese proceso. Al final del año escolar, ambos lograron superar todas las asignaturas con éxito.

Habían aprendido la lección más importante de todas: que los errores son oportunidades para crecer y mejorar. En la ceremonia de fin de curso, Carles y Mohamed recibieron reconocimientos especiales por su dedicación y esfuerzo.

Sus padres estaban orgullosos de ellos y les recordaron lo valiosos que eran. Desde entonces, Carles siguió jugando al fútbol con pasión pero ahora también le dedicaba tiempo a sus estudios.

Mohamed continuó siendo un alumno ejemplar pero también encontró tiempo para disfrutar actividades recreativas junto a su amigo. La historia de Carles y Mohamed nos enseña que todos cometemos errores en algún momento de nuestras vidas, pero lo importante es aprender de ellos y nunca perder la esperanza ni dejar de esforzarnos.

Con determinación y apoyo mutuo, podemos superar cualquier obstáculo y lograr nuestros sueños.

FIN.

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