El pacto de la felicidad



Había una vez, en lo más profundo de las montañas, un niño llamado Tomás. Era un niño muy curioso y aventurero, que siempre buscaba nuevas emociones y experiencias.

Un día, mientras caminaba por el camino hacia su casa, se encontró con una selva oscura llena de misterio. Tomás decidió adentrarse en la selva para explorarla. A medida que avanzaba, una densa niebla comenzó a envolverlo.

Pero Tomás no tenía miedo; estaba emocionado por descubrir qué secretos escondía aquel lugar. Después de caminar durante horas, finalmente llegó a una pequeña cabaña en medio de la selva. La puerta estaba entreabierta y Tomás decidió entrar con cautela. Dentro encontró un baúl antiguo y polvoriento.

Al abrirlo, Tomás se llevó una sorpresa: ¡había un libro dentro! El libro tenía páginas amarillentas y letras doradas que decían "El sabor amargo del camino infinito". Intrigado por el título del libro, Tomás comenzó a leerlo.

El libro contaba la historia de un niño llamado Mateo que también había encontrado esa cabaña años atrás. En su búsqueda por la felicidad eterna, Mateo había hecho un pacto con el diablo que vivía allí.

A medida que leía más sobre las travesuras y desafíos que enfrentaba Mateo debido a su pacto con el diablo, Tomás sintió tristeza en su corazón. No quería tener ese tipo de experiencia en su vida.

Decidido a evitar los errores de Mateo, Tomás cerró el libro y salió corriendo de la cabaña. Pero justo cuando estaba a punto de salir de la selva, escuchó un grito desesperado. Intrigado, Tomás decidió seguir el sonido hasta encontrar a su origen.

Fue entonces cuando vio al diablo atrapado en una trampa. A pesar de sus temores iniciales, Tomás se acercó al diablo con valentía y lo liberó. El diablo, sorprendido por el gesto amable de Tomás, le preguntó por qué lo había ayudado.

El niño respondió: "Aunque tengas fama de ser malvado, todos merecemos una segunda oportunidad". El diablo quedó sin palabras ante las sabias palabras del niño y decidió cambiar su actitud.

Juntos, recorrieron la selva oscura buscando formas de hacer felices a las personas en lugar de causarles daño. Con el tiempo, Tomás descubrió que no era necesario hacer pactos con seres malignos para encontrar la felicidad infinita.

La verdadera felicidad se encontraba en los pequeños momentos cotidianos y en compartir el amor con los demás. Tomás regresó a casa convertido en un héroe y enseñando a todos que no debían temerle al diablo; solo necesitaba comprender que también tenía sentimientos y deseos de cambiar.

Desde aquel día, la selva oscura dejó de ser un lugar tenebroso y se convirtió en un refugio lleno de vida y amor para todos los huéspedes que decidieran visitarla. Y así termina esta historia infantil llena de aventuras y enseñanzas.

Recuerda, no siempre es necesario hacer pactos con seres malignos para encontrar la felicidad; solo necesitas mirar en tu interior y compartir el amor con los demás.

FIN.

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