El país de los unicornios y los mosquitos traviesos



Había una vez en un prado encantado, dos niñas rubias de 5 años llamadas Nora y Greta.

Un día, mientras jugaban cerca de un arcoiris, vieron algo increíble: dos unicornios de colores brillantes que parecían sacados de un cuento de hadas. Nora saltó emocionada y dijo: "¡Mira Greta, son unicornios arcoiris! ¡Son tan hermosos!". Greta asintió con los ojos como platos y exclamó: "¡Sí, son mágicos! ¿Podemos acercarnos?".

Los unicornios se presentaron como Lila y Celeste, y les propusieron llevarlas a su país mágico donde vivían muchos otros unicornios. Las niñas aceptaron emocionadas y subieron a lomos de los unicornios que comenzaron a volar por encima del arcoiris hacia el país de los unicornios.

Al llegar al país de los unicornios, todo era aún más maravilloso de lo que habían imaginado. Había cascadas brillantes, prados llenos de flores coloridas y árboles cantarines. Pero no todo sería tan perfecto...

En ese momento aparecieron dos mosquitos traviesos llamados Zumbi y Piqui. Los mosquitos eran pequeños pero muy juguetones, les encantaba hacer travesuras y siempre andaban buscando problemas. Zumbi zumbaba divertido: "-¡Hola hola! ¿Quiénes son estas visitantes nuevas?".

Piqui revoloteaba alrededor de las niñas riendo: "-¡Jaja! ¡Qué lindas niñas tenemos hoy!". Nora y Greta se rieron con las travesuras de los mosquitos traviesos, pero sabían que debían tener cuidado para no caer en sus trampas.

Decidieron explorar el país de los unicornios juntas mientras evitaban a Zumbi y Piqui. Durante su aventura conocieron hadas amigables que les enseñaron a tejer arcoiris con hilos mágicos, también descubrieron un lago cristalino donde podían ver reflejadas sus mejores cualidades.

Sin embargo, Zumbi y Piqui seguían acechándolas con sus travesuras. Una tarde mientras recorrían el bosque encantado, Zumbi decidió gastarles una broma escondiendo las varitas mágicas de las hadas.

Las niñas se preocuparon al principio pero luego recordaron algo importante: la magia verdadera está en el corazón. "-No necesitamos varitas para ser valientes o amables", dijo Nora con determinación. "-Exacto", afirmó Greta con seguridad,"podemos usar nuestra creatividad e ingenio para resolver cualquier problema".

Con esa nueva actitud positiva, Nora y Greta idearon un plan para recuperar las varitas mágicas sin caer en ninguna trampa más de Zumbi y Piqui. Lograron engañar a los mosquitos traviesos intercambiando las varitas por dulces brillantes que ellos adoraban.

Al final del día, cuando el sol comenzaba a ponerse en el horizonte dorado del país de los unicornios, Nora y Greta se despidieron agradecidas por todas las lecciones aprendidas durante esa graciosa aventura junto a Lila y Celeste; así como gracias también a Zumbi and Piqui quienes les mostraron la importancia del trabajo en equipo, la creatividad, la valentía, la bondad, y sobre todo cómo nunca rendirse ante obstáculos inesperados.

Y aunque sabían que volverían pronto al mundo real, guardaban consigo eternamente aquel lugar lleno magia donde aprendieron tanto sobre sí mismas.

Y así fue como dos niñas rubias llamadas Nora and Greta vivieron una experiencia inolvidable en el país mágico junto a unos simpáticos unicorns arcoiris, y unos traviesos mosquitos llamados zumbis & piquis quienes cambiarian sus vidas para siempre.

FIN.

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