El País donde Trabajaban Cuatro Días y Descansaban Tres



En un pequeño pueblo en Costa Rica, había una linda comunidad llamada "Jardín Alegre". Los pajaritos cantaban melodías y las flores brillaban con colores intensos. Sin embargo, había un dilema: todos los días, la gente trabajaba muy duro y no tenía tiempo para disfrutar de la belleza que los rodeaba.

Un día, el alcalde, don Jorge, decidió que eso debía cambiar. Entonces, convocó a una reunión en la plaza central del pueblo. El aire estaba fresco y los niños del lugar correteaban alrededor mientras los adultos se agrupaban.

"Queridos amigos, estoy pensando en una nueva ley. La llamaré 'Jornada 4x3', que significa que trabajaremos cuatro días y descansaremos tres. ¿Qué les parece?" - propuso el alcalde con una gran sonrisa.

El murmullo se apoderó de la plaza. Todos se miraban entre sí, algunos emocionados, otros preocupados.

"¿Y cómo vamos a hacer con nuestras cosechas?" - preguntó Doña Marta, la agricultora más importante del pueblo, torciendo su sombrero.

"Eso lo discutiremos juntos. Pero podremos organizarnos y rotar nuestras tareas. Así, todos podremos disfrutar más de nuestros días libres" - contestó don Jorge, buscando convencerla.

El pueblo finalmente acordó probarlo. El primer lunes de la nueva ley, todos se despertaron con una sonrisa, listos para trabajar. Cada día de esa semana, la energía era contagiosa. Pero al llegar el viernes, algo raro comenzó a suceder. Los habitantes notaban que la tienda del pueblo había sido algo descuidada. La señora Clara, la dueña, parecía algo abrumada.

"¿Qué pasa, señora Clara?" - le preguntó Sofía, una niña curiosa.

"He perdido algunos clientes porque no estoy abriendo durante mis días de trabajo. La gente se va a la ciudad a comprar" - suspiró Clara, mientras acomodaba algunos productos en su estante.

Sofía tuvo una idea. Al día siguiente, reunió a sus amigos en el parque. "¡Vamos a ayudar a la señora Clara! Si todos colaboramos, podremos llenar su tienda de alegría" - exclamó con entusiasmo.

Los niños decidieron hacer carteles coloridos y hacer publicidad sobre la tienda. "¡Vengan a la tienda de Clara! Todo lo que necesitas, aquí lo encontrarás!" - gritaban mientras corrían por el pueblo.

Poco a poco, la tienda comenzó a llenarse una vez más de clientes felices. La señora Clara sonreía mientras se llenaban las estanterías. El esfuerzo de Sofía y sus amigos valía la pena.

La semana siguiente, todos en el pueblo se dieron cuenta de que, aunque la jornada 4x3 era maravillosa, cada uno debía contribuir para que la comunidad prosperara. Se unieron para ayudar a los negocios locales y se organizaron para realizar sus tareas de suerte eficaz.

Don Jorge estaba orgulloso de su pueblo. Al final del mes, celebraron una gran fiesta donde cada uno llevó algo especial. La música sonó, y todos bailaron al ritmo de las marimbas y guitarras.

"¡Viva Jardín Alegre!" - gritaron los niños.

Don Jorge se acercó a la plaza, miró a todos y dijo: "Este pueblo es nuestra familia. La jornada 4x3 no solo es sobre trabajar y descansar. También es sobre cuidarnos y ayudarnos mutuamente. Nuestra felicidad depende de la comunidad que formamos juntos".

A partir de entonces, cada mes celebraban una reunión para evaluar cómo podía mejorar su pueblo y sus vidas con la nueva ley. La comunidad se volvió más fuerte, y con cada día que pasaba, aprendían que juntos eran capaces de hacer grandes cosas, siendo cada uno un importante ladrillo en el edificio de Jardín Alegre.

FIN.

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