El pajarito curado




Ana era una niña alegre y amorosa que siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Un día, mientras estaba jugando en el jardín, vio a un pajarito herido. Sin dudarlo, lo recogió con cuidado y lo llevó a su habitación. Sabía que Dios escuchaba las peticiones de las personas buenas, por lo que cerró sus ojitos y le pidió con todo su corazón que ayudara al pajarito a sanar.

Al día siguiente, Ana corrió emocionada al jardín y no podía creer lo que veían sus ojos. El pajarito, que antes apenas podía moverse, estaba volando felizmente de un lado a otro. Ana saltaba de alegría y le dio las gracias a Dios por escuchar su pedido.

Desde ese día, el pajarito visitaba el jardín de Ana con frecuencia, recordándole que el amor y la bondad siempre son recompensados. Ana aprendió que incluso las pequeñas acciones de amor y compasión pueden crear milagros en el mundo, y decidió dedicar su vida a ayudar a los seres vivos a su alrededor, sabiendo que cada acto de bondad es escuchado y recompensado de alguna manera.

FIN.

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