El Pájaro del Pantano



Había una vez un pájaro llamado Lucas que vivía en un hermoso bosque. Era un pequeño colibrí de plumas brillantes que siempre se sentía diferente a los demás pájaros. Mientras que sus amigos volaban por los cielos, haciendo acrobacias en el aire, Lucas prefería pasar sus días en los lodos del pantano.

Lucas disfrutaba de revolcarse en el barro y rodar por el suelo húmedo. "¡Qué fresco se siente!"- exclamaba mientras cubría sus pequeñas alas con lodo. A todos los pájaros les parecía raro que Lucas se bañara en esa suciedad, y sus amigos lo miraban con extrañeza.

"¿Por qué no te bañas en el agua clara del estanque como nosotros?"- le preguntó Clara, su amiga, una alegre golondrina.

"Porque el lodo me hace sentir especial y me ayuda a mantenerme fresco en los días calurosos"- respondió Lucas con una sonrisa. "Además, mi mamá siempre decía que el lodo tiene poderes mágicos"- agregó, a lo que todos los demás pájaros se rieron.

Un día, mientras Lucas jugaba en el pantano, notó algo extraño. Un grupo de pájaros estaba reunido en un claro. Era un pajarito gris que no podía volar, atrapado entre unas ramas. Todos los demás pájaros estaban preocupados, pero nadie sabía cómo ayudarlo.

"No se puede volar porque sus plumas están muy sucias y pesadas"- dijo Tomás, un loro muy sabio que siempre tenía un consejo. "Tendremos que buscar ayuda, pero ¿quién se atreverá a tocarlo?"- añadió. Lucas, al escuchar esto, se emocionó.

"Yo puedo ayudarlo!"- gritó. "En el barro, tengo la habilidad de limpiar bien todo"-.

Los demás lo miraron asombrados. "¿Estás seguro, Lucas? El lodo puede ser peligroso"- le advirtió Clara. "¡Sí! Confíen en mí"- respondió él con confianza.

Lucas se acercó al pajarito y lo inspeccionó. "Vamos a sacarte de aquí"- le dijo. Con paciencia y cuidado, utilizó sus pequeñas patas para retirar las ramas y luego lo cubrió con barro. "Esto te ayudará a limpiar tus plumas"- le explicó. El pajarito gris, aunque al principio estaba asustado, pronto se sintió aliviado.

Después de un rato, el pajarito pudo mover sus alas, ahora más ligeras por el lodo que había quitado.

"¡Lo logré!"- exclamó Lucas, mientras los demás pájaros aplaudían desde la distancia. El pajarito gris intentó volar y, para alegría de todos, comenzó a elevarse lentamente hasta que pudo volar alto por el cielo.

"¡Gracias, Lucas! No sé qué habría hecho sin tu ayuda"- dijo el pajarito con entusiasmo. Desde ese día, Lucas se volvió el héroe del bosque. Todos aprendieron que a veces, lo que parece extraño o diferente puede ser realmente especial.

Los pájaros empezaron a ver el lodo desde otra perspectiva. "Quizás deberíamos intentarlo también"- sugirió Tomás. Así, un día, todos decidieron unirse a Lucas en el pantano. Se mojaron las alas, revolcaron en el barro y se dieron cuenta de que era un gran juego.

Con el tiempo, Lucas se convirtió en un pionero del juego en el lodo. Cada semana, los pájaros realizaban una fiesta donde jugaban en el barro y aprendían a disfrutar la vida de una forma diferente.

Y así, Lucas dejó de sentirse raro. Agradecido por ser diferente, entendió que ser único es lo que lo hacía especial. De esta manera, todos aprendieron que no importa si te gusta una cosa diferente: lo importante es ser tú mismo y, sobre todo, ayudar a los demás.

Y así termina la historia de Lucas, el pájaro del pantano, que mostró a todos que incluso en los lugares más inusuales se pueden encontrar aventuras y amistad.

FIN.

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