El Pájaro Valiente


Maitte y su abuela Maria estaban jugando en el patio cuando de pronto vieron a un pájaro entre las ramas de un árbol caído.

El pájaro cojeaba y tenía dificultad para volar, pero aun así saltaba entre las ramas con valentía. Maitte y su abuela se acercaron con cuidado para observarlo más de cerca. -Abuelita, ¿crees que el pajarito está lastimado? -preguntó Maitte con preocupación. -Sí, parece que sí, querida -respondió la abuela Maria-.

Pero su valentía es asombrosa, ¿no te parece? -Sí, es muy valiente -convino Maitte-. ¿Crees que podríamos ayudarlo? La abuela Maria asintió con una sonrisa y juntas buscaron una cajita para hacerle un nido al pájaro.

Con cuidado, lo tomaron en sus manos y lo acomodaron en su nuevo hogar temporal. Todos los días, Maitte y su abuela cuidaban del pájaro. Le daban de comer, lo mantenían caliente y le hablaban con cariño. Con el tiempo, el pájaro sanó y recuperó sus fuerzas.

Un día, cuando el pájaro estuvo listo para volar, Maitte y su abuela lo liberaron en el jardín. El pájaro extendió sus alas y con un fuerte aleteo, remontó el vuelo hacia el cielo. Maitte y su abuela lo miraron con alegría.

-¡Mira, abuelita, voló! -exclamó Maitte emocionada. -Sí, voló alto y fuerte. Es un pájaro valiente -dijo la abuela Maria con orgullo. Desde aquel día, Maitte y su abuela aprendieron que la valentía y la perseverancia pueden ayudarnos a superar los desafíos.

Y siempre recordaron al pájaro valiente que, a pesar de las dificultades, nunca dejó de intentar volar.

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