El paquete mágico de Ana



Era un día soleado en el parque y Ana estaba corriendo por los senderos cuando de repente tropezó con una piedra y cayó al suelo.

Se raspó las rodillas y se sentía triste porque no iba a poder seguir jugando como quería. Mientras se lamentaba, notó algo que sobresalía del pasto cerca de ella. Era un paquete envuelto en papel marrón con una etiqueta que decía "Para quien lo encuentre".

Ana sintió curiosidad y abrió el paquete cuidadosamente. Dentro encontró una nota escrita a mano que decía: "Este es un regalo especial para alguien que necesita un poco de alegría en su día. Espero que te haga sonreír".

Ana no podía creerlo, era como si alguien hubiera sabido justo lo que necesitaba en ese momento. Abrió el paquete con entusiasmo y encontró una pequeña caja llena de chocolates, sus favoritos. "¡Guau! ¿Cómo supieron que me encantan los chocolates?" exclamó Ana emocionada.

"No lo sé, pero seguro fue alguien muy amable" dijo su amigo Tomás mientras la ayudaba a levantarse. Ana no podía dejar de sonreír mientras compartían los chocolates con sus amigos del parque.

Pero luego recordaron la nota y pensaron en cómo podrían hacer feliz a otra persona como ellos mismos habían sido felices ese día. Decidieron crear su propio paquete sorpresa para compartirlo con alguien más necesitado.

Así comenzaron a recolectar pequeñas cosas como caramelos, dibujos hechos por ellos mismos, notas amables e incluso monedas. Al día siguiente, salieron a caminar por el parque buscando a alguien que pudiera necesitar un poco de alegría. Finalmente encontraron a una señora mayor sentada en un banco con una expresión triste.

"¿Quieres nuestro paquete sorpresa?" preguntó Ana tímidamente. La señora los miró y sonrió con ternura. "¡Oh, qué amables! Me encantaría". La señora abrió el paquete y comenzó a llorar.

Les explicó que estaba pasando por momentos difíciles y que su esposo acababa de fallecer. Pero gracias al gesto de Ana y sus amigos, se había sentido un poco mejor. Ana se sintió muy feliz de haber hecho feliz a alguien más.

A partir de ese día, ella y sus amigos decidieron crear más paquetes sorpresa para hacer felices a otras personas en su comunidad.

Y así, la pequeña acción de abrir un paquete desconocido cambió la vida no solo de Ana sino también de muchas otras personas que necesitaban una sonrisa en sus rostros.

FIN.

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