El paraíso literario de Martín
Había una vez un niño llamado Martín, a quien le encantaba explorar y descubrir cosas nuevas. Un día, mientras jugaba cerca de su casa, tropezó y cayó accidentalmente en un pozo profundo.
Martín estaba asustado y no sabía qué hacer. Pero para su sorpresa, el pozo lo llevó a una gruta secreta llena de maravillas. La gruta estaba iluminada por hermosas luciérnagas que volaban alrededor, creando un ambiente mágico.
Curioso como siempre, Martín decidió explorar más allá de la gruta. Caminando por un estrecho pasaje, llegó a una puerta antigua que se abrió automáticamente al acercarse.
Y ahí fue cuando quedó completamente maravillado: ¡se encontraba dentro de la biblioteca más grande que había visto en su vida! Mientras tanto, los amigos de Martín comenzaron a preocuparse al verlo desaparecido durante tanto tiempo. Decidieron ir a buscarlo con la ayuda de la madre de uno de ellos, Doña Rosa.
Llegaron hasta el lugar donde Martín había caído en el pozo y notaron algo extraño: había una abertura oculta detrás del arbusto donde jugaban antes. Sin pensarlo dos veces, decidieron seguir el camino secreto que los llevaría hacia su amigo perdido.
Cuando entraron en la gruta secreta y se adentraron en ella con cautela, oyeron ruidos provenientes de otra habitación cercana. Se acercaron sigilosamente y vieron a un ser pequeño pero amigable llamado Grutiño.
Grutiño era un ser mágico que vivía en la gruta y había descubierto el pasaje hacia la biblioteca. Por las noches, cuando todos los humanos se iban, él salía de su escondite para disfrutar de la lectura y aprender cosas nuevas.
Los amigos de Martín y Doña Rosa quedaron sorprendidos al ver a Grutiño. Pero rápidamente se dieron cuenta de que no era malvado, sino todo lo contrario. Grutiño les explicó que amaba los libros y deseaba compartir su amor por la lectura con todos.
Martín finalmente apareció en ese momento, saliendo corriendo hacia sus amigos y abrazándolos con alegría. Les contó sobre su increíble aventura en el pozo y cómo había llegado hasta esa maravillosa biblioteca junto a Grutiño.
Todos decidieron unirse a Grutiño en su misión de promover la lectura entre los niños del pueblo. Juntos organizaron actividades divertidas relacionadas con los libros, como clubes de lectura y representaciones teatrales.
Poco a poco, más niños comenzaron a interesarse por los libros gracias al entusiasmo contagioso de Martín, sus amigos y Grutiño. El pueblo se convirtió en un lugar donde la imaginación florecía y cada vez más personas descubrían el maravilloso mundo que se ocultaba entre las páginas.
Esta historia nos enseña que incluso cuando nos encontramos en situaciones difíciles o inesperadas, podemos encontrar tesoros ocultos si mantenemos nuestra curiosidad viva. Además, nos recuerda la importancia de compartir nuestras pasiones con los demás para hacer del mundo un lugar mejor.
Y así fue como Martín, sus amigos, Doña Rosa y Grutiño lograron convertir su pequeño pueblo en un lugar lleno de aventuras literarias y amistad. Fin.
FIN.