El parque de las mariposas


Había una vez un grupo de niños que amaban jugar en el parque. Les encantaba correr, trepar árboles y jugar al escondite. Un día, mientras jugaban a la pelota, vieron una hermosa mariposa posada en una flor cercana.

- ¡Miren esa mariposa! -dijo Martín emocionado-. ¡Es la más bonita que he visto en mi vida! - ¡Sí! -respondió Lucía-. ¡Y tiene unos colores increíbles! Los niños rodearon la flor para observarla mejor.

La mariposa se movía con gracia entre las flores, revoloteando de una a otra. - ¿No sería genial poder volar como ella? -preguntó Sofía. - Sería lo máximo -respondió Diego-. Podríamos ir donde quisiéramos sin tener que caminar o tomar el colectivo.

De repente, un fuerte viento sopló y arrastró a la mariposa lejos de ellos. Los niños corrieron detrás de ella y llegaron hasta un área del parque que no conocían. Allí encontraron algo sorprendente: un viejo carrusel abandonado.

- ¡Miren eso! -exclamó Lucas señalando hacia el carrusel-. ¿Qué tal si nos subimos? Los demás asintieron entusiasmados y comenzaron a explorar el lugar.

Descubrieron que había varias atracciones abandonadas allí: toboganes rotos, columpios oxidados y otros juegos antiguos. - Es como si hubiéramos encontrado un tesoro escondido -dijo Ana sonriendo-. Este lugar podría ser nuestro propio parque de atracciones. Los niños comenzaron a trabajar juntos para arreglar y limpiar las atracciones.

Martín reparó el tobogán, mientras que Sofía pintó los columpios. Diego se encargó de cortar el pasto y Lucas arregló el carrusel. Finalmente, después de varios días de trabajo duro, inauguraron oficialmente su parque de atracciones.

La mariposa regresó a visitarlos y revoloteaba alrededor del carrusel mientras los niños disfrutaban de sus nuevas creaciones. - Nunca imaginé que podríamos hacer algo así -dijo Lucía feliz-. Gracias por enseñarme que podemos lograr grandes cosas si trabajamos juntos.

- Y gracias a la mariposa por guiarnos aquí -agregó Martín sonriendo. Desde ese día en adelante, los niños visitaron su parque todos los días después de la escuela. Aprendieron sobre trabajo en equipo, creatividad y perseverancia.

Además, descubrieron que cualquier cosa es posible cuando confían en sí mismos y trabajan juntos hacia un objetivo común.

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