El parque de Martín



Había una vez un niño llamado Martín que vivía en el barrio más bonito del mundo.

Su apartamento estaba en el séptimo piso y desde allí podía ver las hermosas torres de Plaza Castilla, la Torre Azoa y El Corte Inglés. Martín se maravillaba al ver cómo se iluminaban por las noches, creando un espectáculo de luces y colores. Un día, mientras Martín observaba las torres desde su ventana, notó algo diferente en el parque de Perón.

¡Estaba siendo remodelado! La emoción invadió a Martín, ya que aquel parque era su lugar favorito para jugar y divertirse. Al día siguiente, Martín decidió ir a explorar el parque para ver cómo iban los trabajos de remodelación.

Al llegar, se encontró con un gran letrero que decía: "¡Bienvenidos al nuevo Parque Perón!" Martín no podía contener su alegría y corrió hacia todas las atracciones renovadas. Martín se encontró con sus amigos Tomás y Sofía en el parque.

Juntos recorrieron cada rincón del lugar descubriendo nuevas áreas de juegos, columpios coloridos y toboganes emocionantes.

Había un área especial para practicar deportes como fútbol y básquetbol, así como también una zona tranquila con bancos para leer o simplemente relajarse. Mientras jugaban en los columpios, los tres amigos notaron que había unos niños nuevos en el parque. Eran Juanita y Pedro, dos hermanitos que habían llegado hace poco tiempo al barrio.

Parecían tímidos y un poco tristes. Martín, Tomás y Sofía decidieron acercarse a ellos y hacerles sentir bienvenidos. Se presentaron y comenzaron a jugar juntos. Pronto, los hermanitos se soltaron y empezaron a reírse y disfrutar del parque.

Los días pasaban y la amistad entre Martín, Tomás, Sofía, Juanita y Pedro crecía cada vez más fuerte. Juntos exploraban el barrio, descubriendo nuevos lugares mágicos como la biblioteca llena de libros increíbles o la heladería con sabores deliciosos.

Un día, mientras paseaban por las calles cercanas al parque Perón, Martín notó algo extraño en una esquina. ¡Era un perro abandonado! El corazón de Martín se llenó de tristeza al ver al pobre animalito sin hogar ni comida.

Sin pensarlo dos veces, Martín decidió llevarlo a su casa para cuidarlo temporalmente hasta encontrarle un hogar definitivo. Le dio agua fresca y comida caliente mientras le buscaba un nombre adecuado: —"Max" . Martín habló con sus padres sobre Max y cómo quería ayudarlo.

Sus padres estuvieron de acuerdo en que podían adoptarlo si todos se comprometían a cuidarlo responsablemente. Así fue como Max encontró una nueva familia en el barrio más bonito del mundo.

Martín aprendió sobre la importancia de ser solidario con los demás y ayudar a aquellos que lo necesitan. Desde entonces, Martín, Tomás, Sofía, Juanita y Pedro continuaron siendo grandes amigos.

Juntos disfrutaban de las maravillas del barrio más bonito del mundo, sabiendo que la verdadera belleza se encuentra en las personas y en el amor que se comparte.

FIN.

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