El Parque Encantado de Cloudeth, Mateo y Valentina



Había una vez en Villa Alegre una niña llamada Cloudeth, que era conocida por ser la más curiosa de todas. Siempre estaba buscando nuevas aventuras y misterios por descubrir.

Un día, sus queridos tíos llegaron de visita y le entregaron un regalo muy especial: un mapa con notas que la llevarían a un destino desconocido. Cloudeth abrió el mapa con emoción y vio las primeras indicaciones.

Debía seguir el camino marcado hasta llegar a un parque tenebroso en las afueras del pueblo. El parque solía estar lleno de basura y nadie se atrevía a entrar allí, pero Cloudeth no se amedrentó.

Estaba decidida a descubrir qué secreto guardaba ese lugar y convertirlo en un sitio hermoso para todos. Rápidamente, Cloudeth llamó a sus amigos, Mateo y Valentina, para pedirles ayuda en esta nueva misión. Los tres se reunieron frente al parque tenebroso con guantes, bolsas de basura y muchas ganas de trabajar juntos.

"¡Hola amigos! ¡Gracias por venir! Este parque necesita nuestra ayuda para volver a brillar", exclamó Cloudeth emocionada. "¡Por supuesto Cloudeth! Juntos podemos lograr grandes cosas", respondió Mateo con entusiasmo.

"Estoy lista para poner manos a la obra y hacer de este lugar un sitio maravilloso", agregó Valentina sonriente. Así comenzaron a limpiar el parque tenebroso, reagarrando cada trozo de basura que encontraban en su camino.

Entre risas y canciones, el trabajo se hacía más ligero y pronto el parque empezó a transformarse ante sus ojos. Los árboles parecían más verdes, las flores más coloridas y el aire más puro. Después de horas de arduo trabajo, finalmente terminaron de limpiar todo el parque.

Estaban agotados pero felices al ver cómo habían cambiado completamente ese lugar oscuro y sucio en uno lleno de vida y alegría. "¡Lo logramos chicos! ¡Miren qué hermoso quedó todo!", exclamó Cloudeth emocionada mientras miraba alrededor con orgullo.

"¡Sí! Ha sido increíble trabajar juntos para hacer algo bueno por nuestra comunidad", dijo Mateo sonriendo satisfecho. "Estoy feliz de haber sido parte de esto. Ahora podemos disfrutar del parque sin preocuparnos por la basura", añadió Valentina contenta.

Esa tarde, Cloudeth, Mateo y Valentina jugaron en el renovado parque tenebroso hasta que cayó la noche. Las risas resonaban entre los árboles y los corazones rebosaban de gratitud por haber convertido un lugar olvidado en un rincón mágico para todos los habitantes de Villa Alegre.

Desde entonces, el parque tenebroso se convirtió en uno de los lugares favoritos del pueblo gracias al esfuerzo conjunto de tres amigos dispuestos a cambiar su entorno para mejor.

Y Cloudeth aprendió una valiosa lección: que trabajando juntos siempre se pueden lograr grandes cosas e inspirar a otros a cuidar su entorno.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!