El parque encantado de Nicolás


Había una vez en la ciudad de Santa Fe, un pequeño fantasma llamado Nicolás. Nicolás vivía en el cementerio y cada noche salía a pasear por las calles oscuras de la ciudad.

Aunque era un fantasma, no asustaba a nadie, más bien le gustaba hacer amigos y ayudar a los demás. Una noche, mientras caminaba bajo la lluvia por las calles desiertas, Nicolás vio algo muy triste.

En el parque de diversiones abandonado había un grupo de niños mojados y tristes que no podían entrar porque estaba cerrado. Nicolás se acercó a ellos y les preguntó qué les pasaba.

Los niños explicaron que habían ahorrado durante meses para visitar el parque pero justo ese día había comenzado a llover y tuvieron que cancelar su visita. El pequeño fantasma sintió mucha pena por los niños y decidió ayudarlos.

Se dirigió al parque e hizo aparecer algunas atracciones mágicas para que los niños pudieran disfrutar como si estuvieran dentro del parque. Los ojos de los niños se iluminaron cuando vieron aparecer montañas rusas, carruseles y juegos mecánicos hechos completamente de luz.

No podían creer lo que veían, ¡era como estar en un sueño!"¡Muchísimas gracias, Nicolás! Esto es increíble", exclamaron emocionados los niños. "No hay problema", respondió Nicolás con una sonrisa. "Me gusta hacer felices a las personas".

Los niños jugaron durante horas hasta que finalmente la lluvia cesó y fue hora de volver a casa. Antes de despedirse, los niños le preguntaron a Nicolás por qué vivía en el cementerio. "Vivo aquí porque no tengo otro lugar donde ir", respondió Nicolás.

"Pero eso no me impide ser feliz y ayudar a los demás". Los niños se dieron cuenta de que, aunque Nicolás viviera en un lugar diferente al suyo, eso no significaba que fuera menos valioso o especial. Aprendieron a valorar la amistad sin importar las diferencias.

Desde ese día, Nicolás y los niños se volvieron grandes amigos. Cada vez que llovía, ellos sabían que podrían contar con su amigo fantasma para hacerles pasar un buen rato.

Y así, Santa Fe se convirtió en una ciudad llena de magia y alegría gracias a la amistad entre un pequeño fantasma y unos valientes niños. Todos aprendieron la importancia de ayudarse mutuamente y encontrar la felicidad en las cosas más simples.

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