El partido creativo
Un día, Seba estaba en su habitación pintando un dibujo muy bonito de una máquina gigante. Luciano entró corriendo y le preguntó:- ¿Qué estás haciendo, Seba? - Estoy pintando mi máquina favorita -respondió Seba con una sonrisa.
- ¡Qué aburrido! Yo quiero jugar al fútbol. Vení conmigo -dijo Luciano mientras agarraba la pelota. Seba quería seguir pintando, pero no quería dejar solo a su hermano. Así que decidió ir con él al parque para jugar al fútbol.
Cuando llegaron al parque, se encontraron con unos niños mayores que estaban jugando un partido de fútbol. Luciano corrió hacia ellos y les preguntó si podían jugar también.
Los niños mayores dijeron que sí, pero advirtieron que iban a ser muy duros porque eran buenos jugadores. El partido comenzó y Luciano estaba emocionado por jugar con los grandes. Pero pronto se dio cuenta de que no era tan fácil como parecía.
Los niños mayores eran mucho más rápidos y habilidosos que él. Seba observaba desde la distancia cómo su hermano luchaba por el balón sin éxito. Quería ayudarlo, pero no sabía cómo hacerlo.
De repente, tuvo una idea: recordó el dibujo de su máquina gigante y pensó en cómo podría usarla para ayudar a Luciano. Rápidamente tomó papel y lápiz y empezó a dibujar lo que tenía en mente: una máquina voladora gigante con brazos fuertes para atrapar la pelota.
Luciano estaba desanimado porque no podía hacer nada contra los niños mayores. Pero de repente, vio algo increíble: una máquina gigante volando hacia él con brazos extendidos para atrapar la pelota. - ¡Qué es eso! -exclamó uno de los niños mayores.
- Es mi hermano Seba y su máquina gigante -respondió Luciano con una sonrisa en el rostro. La máquina agarró la pelota y la llevó hacia el arco contrario. Los niños mayores intentaron detenerla, pero no pudieron hacer nada contra su fuerza.
Finalmente, Luciano marcó un gol gracias a la ayuda de Seba y su máquina. Los niños mayores se quedaron boquiabiertos y aplaudieron emocionados.
Desde ese día en adelante, Luciano aprendió que siempre hay formas creativas de resolver problemas y que puede contar con su hermano Seba para ayudarlo en todo lo que necesite. Y Seba aprendió que aunque le guste pintar y jugar con las máquinas, también puede divertirse jugando al fútbol con su hermano mayor.
FIN.