El partido de futbol de Martín



Martín era un niño apasionado por el fútbol. Todos los días después de la escuela, corría al campo de su barrio para jugar con sus amigos. Soñaba con ser como su ídolo, el famoso jugador Lucas Vargas, y anotar goles espectaculares en un estadio lleno de gente.

Un día, el entrenador del equipo de fútbol de la escuela, el profesor Ramírez, anunció que se iba a organizar un gran partido entre su equipo y el de la escuela vecina. Martín estaba emocionado, pero cuando llegó a la práctica, el profesor le dijo que no iba a ser titular en el partido. Martín se desilusionó, pero decidió no darse por vencido.

Durante las siguientes semanas, Martín entrenó más duro que nunca. Se levantaba temprano antes de ir a la escuela para correr y practicar sus tiros al arco. Le pidió consejos a su hermano mayor, quien había sido un gran jugador en su época. Todos los días se repetía a sí mismo: 'No voy a rendirme, voy a demostrar de lo que soy capaz'.

Llegó el día del esperado partido. El equipo de la escuela de Martín estaba perdiendo por un gol, y el profesor Ramírez decidió hacer un cambio. - '¡Martín, entra a la cancha!' - gritó. Martín no podía creerlo, finalmente tenía la oportunidad que esperaba. Con el corazón latiendo fuerte, saltó al campo y se unió al juego. A pesar de sentirse nervioso, recordó todo lo que había practicado y se concentró en el balón.

Faltando pocos minutos para que terminara el partido, Martín recibió un pase en el área. Respiró profundo, recordó los consejos de su hermano, y disparó un potente remate hacia el arco. El estadio estalló en gritos de alegría cuando el balón entró a la red. ¡Martín había empatado el partido! Todos sus compañeros lo rodearon para abrazarlo, y el profesor Ramírez lo felicitó por su gran actuación. Desde ese día, Martín entendió que con esfuerzo y perseverancia, podía alcanzar sus sueños, tanto en el fútbol como en la vida.

FIN.

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