El partido justo



La abuela Silvia Mateo era una mujer muy activa y siempre estaba buscando maneras de divertirse con sus nietos.

Tenía cuatro: el nieto de 3 años que le gustaba jugar al fútbol, la nieta Pilar, la nieta Oli de 1 año, el nieto Agustín y la nieta Catalina. Un día, durante una reunión familiar en su casa, Silvia decidió organizar un partido de fútbol para su nieto de 3 años y los demás niños.

El pequeño estaba emocionado por jugar con sus primos más grandes y su abuela no quería decepcionarlo. "Vamos a hacer dos equipos", dijo Silvia mientras repartía las camisetas.

"El equipo rojo será el tuyo y el equipo azul será el de tus primos mayores". El partido comenzó con mucha emoción y energía. El nieto de 3 años corría detrás del balón mientras sus primos mayores intentaban quitarle la pelota.

Pero algo extraño comenzó a ocurrir: cada vez que el pequeño se acercaba al arco contrario, los jugadores del equipo azul dejaban que anotara un gol. "¡Vamos chicos! ¡No lo dejemos ganar tan fácil!", exclamó Silvia desde la línea lateral.

Pero los niños seguían dejando que su primo anotara goles sin resistencia alguna. La abuela comenzaba a preocuparse porque esto no parecía justo para ninguno de los equipos.

De repente, uno de los primos mayores se acercó a ella en secreto y le confesó lo que estaba pasando:"Abuela Silvia, estamos dejando ganar al pequeño porque sabemos que le hace feliz. No queremos que se sienta mal si pierde". La abuela sonrió y agradeció la honestidad del niño.

Luego, se acercó a su nieto de 3 años y le explicó lo que estaba ocurriendo. "Mira cariño, tus primos te están dejando ganar para hacerte feliz. Pero eso no es justo para nadie. Lo importante no es ganar o perder, sino divertirse juntos.

¿Qué tal si jugamos sin tener en cuenta los goles?"El pequeño asintió con una sonrisa y todos los niños continuaron jugando al fútbol sin preocuparse por el resultado final.

Al final del partido, Silvia les ofreció un helado a todos como recompensa por haberse divertido juntos sin importar quién había ganado. Desde entonces, cada vez que la abuela organizaba un juego con sus nietos, recordaban la importancia de disfrutar del momento presente y compartir momentos felices en familia.

FIN.

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