El paseo inesperado



Pepito estaba agotado. Había celebrado el cumpleaños de su amiga con tanta energía que se sentía cansado y sin ganas de comer. Se había esforzado por llegar a la escuela a tiempo, emocionado por el paseo que tanto esperaba.

Sin embargo, la noticia de que el paseo se suspendía lo dejó desanimado. La Seño Ana explicó que el mal clima no permitiría realizar la excursión. Pepito se sintió frustrado y triste.

A pesar de su agotamiento, decidió hablar con la Seño Ana después de clase. - Seño Ana, ¿está seguro que no podemos ir de todas formas? - preguntó Pepito con tristeza. - Lo siento, Pepito. El clima es demasiado malo para garantizar la seguridad de todos ustedes.

- respondió la Seño Ana con comprensión. De camino a casa, Pepito pensaba en lo decepcionado que estaba, pero recordó algo importante: aún podía hacer algo especial con su tiempo libre.

Decidió organizar una tarde de juegos y películas con sus amigos en lugar del paseo. Invitó a todos, llenando su corazón de entusiasmo. Cuando llegó a casa, le explicó a su mamá su idea y ella lo apoyó. Pasaron una tarde increíble.

Pepito se dio cuenta de que a veces la vida nos da sorpresas inesperadas, y que la clave está en encontrar formas creativas de ser feliz, incluso cuando las cosas no salen como lo planeado.

Al día siguiente, la Seño Ana les anunció que el paseo se realizaría en una fecha posterior. Pepito sonrió, contento de tener dos momentos especiales para esperar con alegría.

FIN.

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