El Paseo Mágico de Alicia



Alicia era una niña curiosa que vivía en un pueblito rodeado por un hermoso campo. Un día soleado, decidió salir a pasear por sus verdes praderas y descubrir los secretos que la naturaleza tenía guardados para ella.

Mientras caminaba, Alicia escuchó un suave murmullo. Se detuvo y miró alrededor. "¿Qué será eso?", se preguntó. Al acercarse, vio a un pequeño río que susurraba entre las piedras.

"Hola, niñita", dijo el río con una voz melodiosa. "Soy el río Susurro y te invito a jugar."

"Hola, Río Susurro! Claro que sí, me encantaría jugar!" respondió Alicia emocionada.

Juntos jugaban felizmente, lanzando piedras y haciendo saltar a los pececitos que nadaban alegres en el agua. Pero, de repente, el río se puso serio.

"Alicia, ahora necesito tu ayuda. Una gran sequía se acerca y muchas plantas y animales están en peligro."

Alicia, aunque un poco asustada, asintió y dijo: "¿Qué puedo hacer yo?"

"Debes hablar con el viento. Él puede llevar mensajes de un lugar a otro y pedir ayuda a los grandes árboles del bosque."

Alicia, decidida, se adentró más en el campo, buscando al viento. En un claro repleto de flores silvestres, sintió que una suave brisa jugaba con su cabello. "¡Viento!", gritó. "Necesito tu ayuda. El río Susurro dice que hay una sequía en camino y debemos avisar a los árboles."

El viento se detuvo un momento y luego respondió: "Tienes razón, pequeña. Pero yo no puedo hablar por mí mismo. Necesito que tú me ayudes a enviar un mensaje. ¿Tienes alguna idea?"

Alicia recordó que siempre llevaba una banderita en su mochila, que había hecho junto a su abuela. "Yo puedo hacer una bandera con esta tela y con tus palabras, el mensaje volará entre los árboles!"

El viento sopló con alegría, "¡Esa es una gran idea!"

Alicia trabajó rápidamente, dibujando un mensaje en su banderita: "¡Ayuda! Nuestros amigos del río están en peligro. ¡Unámonos todos!". Luego, cuando estuvo lista, alzó la bandera bien alto.

El viento sopló con fuerza, llevando la bandera a los altos árboles y ellos, al ver el mensaje, comenzaron a susurrar entre ellos. Pronto, una gran reunión de árboles se organizó. Se unieron sus raíces y juntos formaron un plan para enviar agua y ayudar al río.

Alicia observaba maravillada cómo los árboles comenzaban a moverse y a comunicar su ayuda.

"¡Gracias, Viento!", dijo Alicia con una sonrisa. "Ahora sé que aunque soy pequeña, puedo hacer cosas grandes cuando me uno a otros!"

El viento rió alegremente. "¡Exactamente, Alicia! Recuerda que siempre trabajando juntos, podemos hacer frente a cualquier desafío."

Justo en ese momento, las nubes comenzaron a llenar el cielo y unas gotas de lluvia empezaron a caer. Los árboles, agradecidos por la ayuda de Alicia y el viento, prometieron cuidar del río y sus habitantes.

De regreso a casa, Alicia sonreía al pensar en todas las aventuras que había vivido y lo importante que era cuidar de su entorno. "Hoy aprendí que todos somos importantes y que siempre es bueno trabajar en equipo."

Desde ese día, Alicia no solo paseaba por el campo, sino que también se convirtió en una pequeña guardiana de la naturaleza, inspirando a sus amigos a cuidar el bello lugar donde vivían.

FIN.

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