El pasillo mágico de María



María era una niña muy creativa a la que le encantaba inventar cosas.

Un día, mientras jugaba en su casa, se le ocurrió una idea brillante: ¿por qué no inventar un pasillo mágico que la llevara a lugares maravillosos? Con mucha emoción, María se puso manos a la obra. Utilizó cartulinas de colores, purpurina, pegamento y mucha imaginación para crear un pasillo especial en su habitación.

"¡Mamá, mamá, mira lo que hice! Inventé un pasillo mágico que me llevará a donde yo quiera!", exclamó María emocionada. "¡Qué maravilla, hija! ¿A dónde te gustaría ir primero?", preguntó su mamá. "Quisiera ir a un bosque encantado lleno de hadas y duendes", respondió María.

Al caminar por el pasillo que ella misma había creado, de repente se encontró rodeada de árboles gigantes y una suave neblina. Vio destellos de luz entre las ramas y escuchó risas y cantos misteriosos. Había llegado al bosque encantado.

La emoción invadía su corazón al ver hadas danzando y duendes jugando. María se dio cuenta de que su pasillo mágico no solo la llevaba a lugares lejanos, sino que también le enseñaba importantes lecciones. Aprendió sobre la importancia de la imaginación, la creatividad y la valentía.

Con el tiempo, María siguió inventando nuevos pasillos mágicos, cada uno llevándola a un lugar especial donde vivía emocionantes aventuras. Su pasillo mágico se convirtió en su mejor amigo, enseñándole que el mundo está lleno de maravillas esperando ser descubiertas.

FIN.

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