El pastel de la amistad



Vincent Van Gogh y el Sr. Títere estaban muy emocionados porque querían hacer un delicioso pastel juntos. Vincent era un famoso pintor con su característica barba pelirroja, mientras que el Sr.

Títere era un títere muy simpático y colorido. Un día soleado, Vincent y el Sr. Títere se encontraban en la cocina, listos para comenzar a hornear su pastel.

Pero cuando revisaron la despensa, se dieron cuenta de que no tenían ninguna fruta para agregar a la receta. "¡Oh no! ¿Cómo vamos a hacer nuestro pastel sin frutas frescas?", exclamó Vincent preocupado. El Sr.

Títere pensó por un momento y luego dijo: "¡No te preocupes, Vincent! Podemos ir a buscar frutas al jardín del vecino". "Pero eso sería tomar las frutas del vecino sin permiso", respondió Vincent con una expresión de duda en su rostro. "No te preocupes amigo, seguro que si le explicamos nuestra situación entenderá", dijo el Sr.

Títere con optimismo. Así que Vincent y el Sr. Títere salieron rumbo al jardín del vecino en busca de frutas para su pastel. Al llegar allí, tocaron la puerta y fueron recibidos por el amable vecino llamado Don Manuel.

"Hola Don Manuel, somos Vincent Van Gogh y el Sr. Títere, y queremos hacer un pastel pero nos faltan frutas ¿Nos permitiría tomar algunas de su jardín?", preguntó educadamente Vincent.

Don Manuel sonrió al escuchar la solicitud y les dijo: "Por supuesto chicos, pueden tomar todas las frutas que necesiten". Vincent y el Sr. Títere se pusieron muy contentos al escuchar esas palabras y empezaron a recolectar manzanas, peras y duraznos del hermoso jardín de Don Manuel.

Con las frutas en mano regresaron a casa listos para seguir con su receta de pastel. Mientras preparaban la masa y cortaban las frutas, compartieron risas e historias divertidas sobre sus aventuras juntos.

Finalmente, metieron el pastel al horno y mientras esperaban que estuviera listo, reflexionaron sobre lo importante que es pedir ayuda cuando la necesitan en lugar de intentar resolver todo solos.

Cuando sacaron el pastel del horno estaba dorado y exquisito con trozos jugosos de fruta por todas partes. Se sentaron a disfrutarlo junto con una taza de té caliente mientras admiraban el hermoso atardecer desde la ventana. Vincent Van Gogh y el Sr.

Títere aprendieron esa tarde que trabajar en equipo trae grandes recompensas ¡Y así fue como lograron hacer un increíble pastel gracias a la generosidad del vecino Don Manuel! Y colorín colorado este cuento ha terminado... ¡por ahora!

FIN.

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