El pastor y la verdad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un pastor llamado Juan que siempre estaba contando mentiras. Él inventaba historias increíbles para llamar la atención de la gente y sentirse importante.

Un día, mientras caminaba por las calles del pueblo, vio a lo lejos una nube de humo que salía de una casa. -¡Auxilio! ¡Auxilio! -gritó el pastor Juan a todo pulmón-.

¡Hay un incendio en esa casa! La gente del pueblo se asustó y comenzaron a correr hacia la casa en llamas para ayudar. Pero cuando llegaron allí, se dieron cuenta de que no había ningún incendio.

El pastor Juan se reía detrás de un árbol, pensando en lo fácil que era engañar a la gente. Los días pasaban y el pastor Juan seguía inventando situaciones de emergencia para llamar la atención. Gritaba "¡Un ladrón está robando en la tienda!" o "¡Un niño está perdido en el bosque!".

La gente del pueblo ya no sabía si creerle o no, pero por las dudas acudían a cada llamado de auxilio.

Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo, el pastor Juan vio algo realmente peligroso: un enorme pozo sin tapa justo en medio del camino por donde solían pasar los niños. -¡Auxilio! ¡Auxilio! -gritó desesperadamente-. ¡Hay un pozo sin tapa aquí! Pero esta vez nadie se movió.

La gente ya no confiaba en las palabras del pastor Juan y decidieron ignorarlo. Sin embargo, lo que no sabían es que esta vez el pastor decía la verdad.

Al rato, un grupo de niños jugando cerca del pozo escucharon al pastor gritar y fueron a ver qué pasaba. Cuando vieron el peligro inminente corrieron a avisar a sus padres y juntos lograron tapar el pozo antes de que alguien cayera dentro.

El pastor Juan aprendió una gran lección ese día: mentir constantemente puede hacer que las personas pierdan la confianza en ti cuando realmente necesitas ayuda. Desde entonces decidió cambiar su actitud y empezó a ser más honesto con todos.

Y así, gracias al error cometido por el pastor mentiroso, Villa Esperanza se convirtió en un lugar donde todos aprendieron la importancia de decir siempre la verdad y estar dispuestos a ayudarse mutuamente cuando realmente se necesita. Y colorín colorado, este cuento ha terminado. ¡Hasta la próxima aventura!

FIN.

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