El patio mágico de Los Peques


Había una vez en la escuela "Los Peques", un grupo de amigos muy unidos que disfrutaban jugar juntos en el patio durante el recreo.

Entre ellos se encontraba Lucas, un niño con Síndrome de Down, que siempre irradiaba alegría y entusiasmo. Un día, al llegar al colegio, los niños descubrieron con tristeza que todos los juegos del patio habían desaparecido misteriosamente. No había toboganes, columpios ni pelotas para jugar. Todos estaban desconcertados y no sabían qué hacer.

"¡Qué pasó con nuestros juegos favoritos?", preguntó Martina preocupada. "No lo sé, pero debemos encontrar una solución", dijo Juan decidido. Fue entonces cuando Lucas tuvo una brillante idea.

Recordó que su abuelo le había enseñado a fabricar juguetes con materiales reciclados. Sin perder tiempo, reunió a sus amigos y les propuso construir nuevos juegos para el patio utilizando cartones, botellas plásticas y tapas de envases. "¡Vamos chicos! ¡Podemos crear nuestros propios juegos!", exclamó Lucas emocionado.

Todos se pusieron manos a la obra y comenzaron a trabajar juntos en equipo.

Martina diseñó un divertido juego de bolos con botellas recicladas, Juan construyó un circuito de carreras con cajas de cartón y Sofía decoró el patio con guirnaldas hechas con tapitas de colores. Poco a poco, el patio fue transformándose en un lugar lleno de color y diversión gracias al esfuerzo conjunto de los amigos.

Los demás compañeros se sorprendieron al ver los nuevos juegos y pronto se sumaron a jugar junto a ellos. "¡Esto es genial! Gracias por traer tanta alegría al recreo", dijo Laura emocionada. "Nunca imaginé que podríamos divertirnos tanto sin tener juguetes comprados", agregó Tomás sonriente.

Lucas estaba feliz viendo cómo todos disfrutaban de los nuevos juegos que habían creado juntos. Se sentía orgulloso de haber colaborado para hacer del recreo un momento especial para todos sus compañeros.

A partir de ese día, los niños aprendieron la importancia del trabajo en equipo, la creatividad y la solidaridad. Descubrieron que no necesitaban objetos costosos para divertirse, sino simplemente su imaginación y ganas de compartir momentos inolvidables juntos.

Y así, gracias a la iniciativa de Lucas y la colaboración de sus amigos, el patio del colegio "Los Peques" se convirtió en el lugar más animado y creativo donde cada recreo era una aventura única e inolvidable.

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