El Patito Bailarín



Había una vez en un hermoso estanque, un patito llamado Pablito. A Pablito le encantaba ver a sus amigos patos bailando y divirtiéndose en el agua. Pero cuando él intentaba unirse a ellos, tropezaba y se enredaba con sus patitas, haciendo que todos se rieran de él.

"Ja, ja, ja, mira cómo baila Pablito, parece que tiene patas de palo", se burlaban sus amigos.

Pablito se sentía triste, pero en lugar de rendirse, decidió que practicaría todos los días para mejorar su baile. Se acercó a la orilla del estanque y comenzó a mover sus patitas al ritmo de la música que tarareaba en su cabecita.

Todos los días, Pablito practicaba sin descanso, a pesar de las risas de sus amigos. Un día, un sabio anciano del estanque, Don Pato, notó el esfuerzo de Pablito y se acercó a él.

"Pequeño Pablito, veo que practicas con empeño. No dejes que las burlas te desanimen. Sigue practicando y verás que mejorarás", le dijo cariñosamente Don Pato.

Inspirado por las palabras de Don Pato, Pablito siguió practicando con determinación. Con el tiempo, sus movimientos se volvieron más elegantes y coordinados. Un día, durante un evento en el estanque, Pablito sorprendió a todos con su hermoso baile. Sus amigos, que solían burlarse, ahora lo aplaudían y lo admiraban.

Pablito entendió que con esfuerzo y perseverancia, cualquier cosa es posible. Descubrió que no importa cuán diferentes seamos, todos tenemos talentos especiales que debemos cultivar.

Desde ese día, Pablito se convirtió en el mejor bailarín del estanque y enseñó a sus amigos que con práctica y determinación, todos pueden alcanzar sus metas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!