El patito feo Mateo aprende a ponerse bonito


En un hermoso lago de Olomega, El Salvador, vivía Mateo, un patito feo que siempre se sentía triste porque se veía diferente a los demás patitos. Un día, mientras chapoteaba en el agua, conoció a Fátima, una niña encantadora que solía visitar el lago. Fátima se acercó a Mateo y le dijo: "Hola, patito, ¿por qué estás tan triste?". Mateo suspiró y respondió: "Soy feo y no sé cómo ponerme bonito como los demás patitos".

Fátima, con una sonrisa cariñosa, le ofreció su ayuda. Juntos, pasaron los días practicando cómo arreglar las plumas de Mateo y cómo mantenerse limpio. Fátima le enseñó a Mateo a peinarse y a cuidar su apariencia, mientras él aprendía rápidamente. Pronto, Mateo comenzó a lucir radiante y se sentía mucho más feliz y seguro de sí mismo.

Un día, mientras disfrutaban del sol, un grupo de patitos se acercó al lago. Al ver a Mateo tan hermoso, se quedaron impresionados. "¡Miren, ese patito es realmente hermoso!" exclamaron con asombro. Mateo se sintió emocionado y orgulloso al escucharlos.

Los demás patitos se acercaron y le preguntaron a Fátima cómo había logrado que Mateo se viera tan bien. "Fue Mateo quien aprendió a cuidarse y a ser hermoso por sí mismo, con un poco de ayuda y amor", respondió Fátima con una sonrisa. Los demás patitos admiraron a Mateo por su valentía y determinación.

Desde ese día, Mateo disfrutó de su nueva confianza y amistad con los demás patitos, mientras Fátima seguía visitándolo para recordarle lo especial y hermoso que era. Y así, Mateo aprendió que la verdadera belleza viene de adentro, y que siempre sería especial, por dentro y por fuera.

Dirección del Cuentito copiada!