El Patito Feo que se convirtió en Cisne
Había una vez, en un estanque en medio del campo, un patito que era un poco diferente a los demás. Cuando nació, su huevo era más grande que el resto y, al salir, en lugar de emitir el dulce sonido de los patitos normales, graznaba como una estridente corneta. Por eso, desde el principio, el patito se sintió diferente.
Nadie quería jugar con él, y a veces, hasta se burlaban. El patito se sentía triste, mirando a los demás patitos nadar y divertirse en el agua. Pero él no se sentía parte de esa alegría, algo en su interior le decía que no pertenecía a ese lugar. Un día, el patito se alejó del estanque y emprendió un viaje en busca de su verdadero lugar en el mundo.
Caminó y caminó, y finalmente llegó a un hermoso lago. Allí, vio a unas majestuosas aves blancas nadando con gracia. Eran cisnes, los pájaros más elegantes y bellos que el patito jamás había visto. El patito se acercó tímidamente y les contó su historia. Para su sorpresa, los cisnes lo aceptaron de inmediato. -¡Claro que puedes quedarte con nosotros! - le dijeron amablemente. El patito se quedó boquiabierto, sin poder creer que finalmente había encontrado un lugar donde encajar.
Los días pasaron, y el patito se fue transformando. Su plumaje se volvió más blanco y hermoso, su graznido se convirtió en un elegante canto. Se convirtió en un cisne, igual que sus nuevos amigos. Y cuando se miraba en el agua, ya no veía al patito feo y diferente, sino a un hermoso cisne que pertenecía a ese lugar.
Desde ese momento, el patito supo que la verdadera belleza yace en el interior, y que todos tienen un lugar donde pertenecen. Y así, vivió feliz para siempre, rodeado de amor y aceptación en su nueva familia. Y cada vez que veía a un patito en el estanque, él les contaba su historia y les recordaba que, algún día, también podrían encontrar su verdadero lugar en el mundo.
FIN.