El patito héroe



Había una vez un patito llamado Patito, que vivía en un hermoso lago rodeado de árboles y flores. Patito era muy alegre y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

Pero tenía un problema: era muy corto de vista y no podía ver bien lo que sucedía a su alrededor. Un día, mientras nadaba por el lago, Patito escuchó unos gritos desesperados provenientes del otro lado.

Se acercó rápidamente para ver qué estaba pasando y encontró a una familia de pajaritos en apuros. Los pajaritos habían construido su nido en lo alto de un árbol, pero una fuerte ráfaga de viento había derribado las ramas donde se encontraba el nido.

"¡Ayuda! ¡Nuestros pajaritos están atrapados en el suelo!" - exclamó la mamá pájaro angustiada. Patito sabía que no podía volar hasta allí para rescatarlos debido a su problema visual, pero eso no le impidió pensar en una solución creativa.

"No se preocupen, tengo una idea" - dijo Patito con entusiasmo. Patito fue hasta la orilla del lago y buscó algunas ramas largas y flexibles. Luego regresó al lugar donde estaban los pajaritos e improvisó una escalera con las ramas.

"¡Suban por aquí!" - les indicó Patito emocionado. Uno por uno, los pajaritos subieron por la escalera improvisada hasta llegar al nido. La mamá pájaro estaba tan feliz que no dejaba de darle las gracias a Patito.

"¡Eres un verdadero héroe, Patito! Gracias por salvar a mis pajaritos" - exclamó la mamá pájaro emocionada. Patito sonrió y se sintió muy orgulloso de sí mismo. Aunque no pudiera ver bien, había encontrado una manera de ayudar a los demás.

A partir de ese día, Patito decidió convertirse en el guardián del lago. Se aseguraba de que todos los animales estuvieran seguros y felices.

Ayudaba a las tortugas a cruzar la calle, recogía basura que encontraba flotando en el agua y siempre estaba dispuesto a escuchar a quienes necesitaban un amigo. Un día, mientras Patito nadaba cerca de unos nenúfares, escuchó un ruido extraño debajo del agua. Se sumergió rápidamente y descubrió que un pececito estaba atrapado entre las algas.

"¡Ayuda!" - gritó el pececito asustado. Patito sabía que no podía respirar bajo el agua como los peces, pero eso no le impidió pensar en una solución ingeniosa.

Buscó una hoja grande y plana de nenúfar y la utilizó como flotador para sacar al pececito atrapado. Una vez más, Patito recibió palabras de gratitud por su valentía y creatividad. Con cada acto solidario que realizaba, Patito se ganaba el respeto y admiración de todos los animales del lago.

Su corta vista ya no era un obstáculo para ser responsable y ayudar a los demás.

Y así fue como Patito nada corto responsable demostró que no importa cuáles sean nuestras limitaciones, siempre podemos encontrar una manera de hacer la diferencia y ser verdaderos héroes.

FIN.

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