El Pato Navideño, León y la Bailarina
Érase una vez en un pequeño lago, un pato que adoraba la Navidad. Todo el año soñaba con las luces, los regalos y la alegría que la festividad traía. Se llamaba Pato Navideño y pasaba sus días preparando adornos de hojas y haciendo guirnaldas con flores. Un día, mientras decoraba su rincón favorito, conoció a un león llamado León, que se paseaba por la orilla.
"Hola, ¿quién sos?" - preguntó León con curiosidad.
"Soy Pato Navideño, y estoy preparando todo para la Navidad. ¡Es mi época favorita!" - respondió el pato emocionado.
León lo miró con extrañeza y le dijo:
"Navidad, ¿qué es eso? Nunca lo he escuchado."
El pato se maravilló. Era la primera vez que conocía a alguien que no sabía lo que era la Navidad. Así que, emocionado, le explicó todo sobre la Navidad.
"Es una época en la que todos se reúnen, celebran y comparten alegría. ¡Debes unirte a mí, León!" - invitó Pato Navideño.
León sonrió, pero era un poco escéptico.
"No sé si sea para mí, solo soy un león que camina por el lago. No tengo amigos con quienes compartirlo."
Pato Navideño sintió una chispa en su corazón y decidió que ayudaría a León a encontrar amigos.
"¡Vamos a la ciudad! Allí seguro encontraremos otros animales que quieren celebrar la Navidad!" - propuso el pato.
Así que juntos partieron hacia la ciudad. En su camino, se encontraron con una bailarina llamada Luna. Ella estaba ensayando su danza en un pequeño parque.
"¡Hola! Soy Luna. ¿Qué hacen en un día tan hermoso?" - preguntó la bailarina al ver a Pato Navideño y León.
"Estamos yendo a la ciudad para celebrar la Navidad. ¿Quieres unirte a nosotros?" - dijo el pato, lleno de entusiasmo.
Luna miró a León y luego al pato, sintiendo que podría ser una aventura divertida.
"¡Claro! Me encantaría!" - respondió ella, sonriendo.
Mientras se acercaban a la ciudad, el trío se encontró con obstáculos en el camino. Un gran muro de barro bloqueaba su paso y parecía imposible cruzar. León, que era fuerte, intentó empujarlo, pero no se movió.
"No podemos rendirnos. La Navidad se trata de superar los obstáculos juntos" - animó Pato Navideño.
"¿Y si nosotros bailamos para que se mueva?" - sugirió Luna.
Y así, Luna comenzó a bailar mientras Pato Navideño cantaba. León, a pesar de ser un león fuerte, se sintió inspirado y empezó a dar saltos. Ellos crearon tal espectáculo que los animales del bosque se juntaron a verlos, y en medio de la alegría, el barro comenzó a fluir, formando un camino.
"¡Funcionó! ¡Vamos!" - gritó Pato Navideño mientras cruzaban el barro.
Finalmente, llegaron a la ciudad, donde las luces brillaban y la música sonaba alegremente. Era un espectáculo colorido y hermoso. León no podía creer lo que estaba viendo.
"¡Esto es increíble!" - exclamó, maravillado.
Con la ayuda de sus nuevos amigos, Pato Navideño y Luna, pusieron en marcha una fiesta navideña donde todo el mundo estaba invitado. Todos los animales de la ciudad llegaron, y León nunca se sintió más feliz.
"¡Nunca pensé que la Navidad fuera así!" - dijo León, sonriendo.
La noche terminó con canciones, bailes y un hermoso árbol decorado que Pato Navideño había preparado. Nunca se había sentido tan lleno de alegría y amistad.
"No solo celebro la Navidad, celebro tener amigos como ustedes" - confesó León.
A partir de ese día, Pato Navideño, León y Luna celebraron juntos cada Navidad, recordando siempre lo importante de la amistad y el trabajo en equipo.
"Nunca sabes lo que te espera hasta que das un paso y te atreves a intentarlo" - dijo León, mientras celebraban juntos, llenos de risas y alegría.
Y así, el pato, el león y la bailarina vivieron felices, compartiendo cada Navidad con más amigos, disfrutando de la magia de la temporada.
FIN.