El Pato Patán y Su Huevo Mágico



Había una vez un pato llamado Patán que vivía en un hermoso estanque rodeado de flores y árboles frutales. Patán era un pato muy curioso y siempre soñaba con tener un huevo especial. Un día, mientras nadaba, se sintió extrañamente inspirado y decidió que era momento de poner un huevo él mismo.

Con mucha emoción, Patán salió del agua y, buscando un lugar cómodo, se acomodó en un suave lecho de hojas.

"¡Hoy es el día!" - exclamó Patán, mientras comenzaba a hacer su nido.

Después de un tiempo, Patán puso un huevo brillante, más hermoso que cualquier otro huevo que haya visto.

"¡Mirá qué hermoso es!" - dijo mientras lo admiraba.

Ese huevo no solo era amarillo resplandeciente, sino que parecía emitir pequeñas chispas de colores. Patán, emocionado, decidió que tenía que mostrarle el huevo a sus amigos.

Fue al lado del estanque, donde siempre jugaban sus amigos: la tortuga Tita, el pez Pancho y la rana Ruca.

"¡Amigos, miren lo que hice!" - dijo Patán, mostrándoles el huevo.

"¡Es hermoso!" - gritó Tita.

"¿Es un huevo de oro?" - preguntó Pancho, con los ojos bien abiertos.

"¡No sé! Pero creo que es un huevo mágico" - dijo Patán, emocionado.

La curiosidad los invadió y decidieron esperar juntos a ver qué sucedía. Durante los días siguientes, Patán cuidaba el huevo con mucho mimo. Les contaba historias y les hacía compañía, mientras sus amigos lo animaban.

Un día, el huevo comenzó a temblar. Todos se acercaron emocionados.

"¡Mirá, está pasando algo!" - dijo Ruca, saltando de alegría.

De pronto, el huevo se rompió y de él salió una criatura muy peculiar: un pequeño dragón de colores brillantes.

"¡Hola, amigos! Soy Dragu." - dijo la criatura.

"¡Un dragón!" - exclamó Patán "¿Cómo es posible?"

"Vine de un mundo mágico. Tu amor y cuidado me trajeron aquí. ¡Gracias, Patán!" - respondió Dragu, con una sonrisa.

Los amigos estaban asombrados. Dragu podía volar y hacer pequeñas llamas de colores. Todos querían jugar con él, y así fue como el pato, la tortuga, el pez, la rana y el dragón comenzaron a compartir aventuras inigualables.

Un día, el cielo se oscureció y comenzó a llover muy fuerte. Todos se asustaron y corrieron a refugiarse.

"No se preocupen, ¡yo puedo ayudarlos!" - dijo Dragu, mientras alzaba el vuelo.

Con un aleteo mágico, Dragu hizo aparecer un arcoíris que cubrió el estanque y se empezó a despejar el cielo. El sol volvió a brillar, y tras la lluvia había flores desde colores nunca antes vistos.

"¡Sos un héroe, Dragu!" - aclamaron los amigos, llenos de felicidad.

Desde aquel día, Patán comprendió la importancia de cuidar y apoyar a los que querían, porque el amor puede traer lo más sorprendente y mágico a nuestras vidas. Y así, Patán, Dragu y todos sus amigos vivieron juntos muchas aventuras en su hermoso estanque.

Y aunque el huevo mágico ya no estaba, la verdadera magia se había quedado con ellos: la amistad y el cariño.

Cada vez que miraban al cielo y veían un arcoíris, recordaban aquel día especial en que un pato puso un huevo que cambió sus vidas para siempre.

FIN.

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