El pavo presumido




En un hermoso bosque vivía un pavo llamado Pedro, conocido por sus colores brillantes y su elegante caminar. Pedro siempre presumía de su belleza y se pavoneaba por el bosque, creyéndose superior a las demás aves.

Un día, mientras paseaba mostrando su abanico de colores, se encontró con una familia de pajaritos cantores. "¡Hola, Pedro! ¿Por qué siempre te crees mejor que nosotros?", preguntó la pajarita Ana.

Pedro respondió engreído: "Porque soy el ave más hermosa y elegante del bosque, no hay nadie como yo." Los pajaritos cantores suspiraron decepcionados y continuaron su camino. Esa noche, una tormenta azotó el bosque y Pedro se refugió bajo un árbol, temblando de miedo.

Al amanecer, Pedro despertó con un plumaje desaliñado y descolorido. Se miró en el charco y apenas se reconoció. Lleno de vergüenza, decidió buscar ayuda. En su búsqueda, se encontró con la familia de pajaritos cantores, quienes lo recibieron con amabilidad.

"¿Qué te pasó, Pedro?", preguntó la pajarita Ana con preocupación. Pedro confesó avergonzado: "Me siento feo, descolorido y asustado. Me equivoqué al creerme mejor que los demás, ahora me siento solo y triste."

Los pajaritos cantores, con compasión, le ofrecieron su cariño y le recordaron que la verdadera belleza está en el interior. Con el tiempo, Pedro recuperó su hermoso plumaje, pero esta vez su corazón también se llenó de humildad y gratitud. Aprendió a valorar la belleza de cada ave, sin importar su aspecto exterior.

Desde entonces, Pedro se convirtió en el pavo más amable y respetuoso del bosque, siempre dispuesto a ayudar a los demás.

FIN.

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