El pavo y sus plumas de colores
En un hermoso bosque lleno de vida y colores, vivía un pavo llamado Pato. Pato era un pavo diferente a los demás, ya que tenía plumas de todos los colores del arcoíris. Sabía que sus plumas eran muy especiales y siempre se sentía orgulloso de lucirlas. Sin embargo, muchos animales del bosque lo miraban con envidia y decían:
"Esos colores son ridículos. Un pavo no debería ser así."
Pato no se dejaba afectar por las opiniones de los demás. Un día, decidió salir a explorar el bosque y compartir su alegría con todos. En su recorrido, se encontró con un grupo de pájaros cantores que lo miraron con curiosidad.
"¡Hola! ¿Por qué tus plumas son tan coloridas?" preguntó uno de los pájaros.
"Mis plumas son un reflejo de mi felicidad y quiero que todos las vean y se sientan alegres también!" respondió Pato con entusiasmo.
Los pájaros rieron y le dijeron:
"Te ves ridículo. ¿Por qué no eres como los demás pavos?"
Pato, aunque un poco desanimado, siguió su camino. Luego se topó con un grupo de animales que estaban organizando una competencia para ver quién podía saltar más alto.
"¡Hey Pato! Únete a nosotros. ¡Quizás tus plumas te ayuden a saltar más alto!" gritó una ardilla.
Pato dudó un momento, pero decidió probar. Al principio, falló varias veces, y los otros animales reían.
"Ves, tus plumas sólo te hacen pesado," le decía un conejo.
Pero Pato no se rindió. Recordó que con sus plumas, podía hacer algo diferente. Se acercó a los animales y, con una sonrisa, les dijo:
"Quizás mis plumas no me ayuden a saltar, pero puedo bailar. ¿Quieren ver cómo lo hago?"
Los animales se miraron entre sí, intrigados. Pato comenzó a moverse con gracia y a agitar sus plumas de colores. Los rayos del sol las iluminaban, y creaban un espectáculo deslumbrante. Todos quedaron boquiabiertos.
"¡Increíble!" exclamó la ardilla.
"¡Nunca había visto algo así!" dijo el conejo.
Pato continuó bailando, y pronto todos los animales comenzaron a unirse, moviéndose al ritmo de la música del campo. Era una celebración llena de risas y alegría.
Después de un rato, uno de los pájaros cantores se acercó y le dijo:
"Perdón por no hacerte caso antes, tus plumas son realmente hermosas. Nos has enseñado que ser diferente es maravilloso."
Pato sonrió y respondió:
"Ser diferente nos da la oportunidad de brillar y hacer felices a los demás."
A partir de ese día, Pato se convirtió en el alma de las fiestas del bosque. Todos lo querían, y sus plumas de colores eran admiradas por todos. El pavo había demostrado que ser único es una gran fortaleza, y que compartir nuestras diferencias puede unir a los demás.
"¡Viva el pavo Pato!" gritaban los animales mientras celebraban juntos. Y así, Pato aprendió que sus plumas especiales no solo eran hermosas, sino que también podían hacer sonreír a todos a su alrededor.
Desde ese día, todos los animales del bosque aprendieron a valorar la diversidad, y las plumas de colores de Pato se convirtieron en un símbolo de alegría y unidad.
Y así, el pavo y sus plumas de colores demostraron que la verdadera belleza está en ser uno mismo y compartir ese brillo con el mundo. ¡Fin!
FIN.