El Payaso Sabio



Melodie y Bianca estaban muy emocionadas porque finalmente habían llegado a la feria. Habían esperado este momento por mucho tiempo y no podían esperar para probar todos los juegos mecánicos que habían visto en la publicidad.

- ¡Mira esa montaña rusa! -exclamó Melodie señalando hacia una enorme estructura de acero-. ¡Tenemos que subirnos! Bianca, aunque estaba un poco asustada, aceptó el reto.

Se subieron a la fila y después de unos minutos de espera, finalmente llegó su turno. Mientras se aseguraban los cinturones de seguridad, Melodie seguía entusiasmada. - ¿Estás lista? ¡Va a ser increíble! -dijo mientras la montaña rusa comenzaba a moverse.

Al principio todo parecía ir bien: las vueltas eran suaves y lentas, pero entonces comenzaron las subidas y bajadas extremas. Los gritos de ambas chicas llenaron el aire mientras la montaña rusa se movía cada vez más rápido. - ¡Me quiero bajar! -gritó Bianca con lágrimas en los ojos-.

No puedo hacer esto. Melodie trató de tranquilizarla pero era difícil hablar por encima del rugido del viento.

Sin embargo, justo cuando pensaban que no podrían soportar ni un minuto más, algo extraño sucedió: la montaña rusa comenzó a detenerse lentamente hasta que finalmente se detuvo por completo. - ¿Qué está pasando? -preguntó Melodie confundida. De repente apareció un payaso sonriente junto al carril donde estaban sentadas las chicas:- ¡Hola chicas! -dijo con una gran sonrisa-.

¿Cómo están disfrutando la montaña rusa? - Fue divertido al principio, pero luego se volvió aterrador -respondió Melodie. - Lo entiendo perfectamente -dijo el payaso con una risita-. A veces las cosas parecen demasiado difíciles de manejar.

Pero eso no significa que debamos rendirnos. Bianca comenzó a secarse las lágrimas mientras escuchaba atentamente lo que decía el payaso. - La vida es como una montaña rusa -continuó el payaso-. Hay subidas y bajadas, vueltas inesperadas y momentos emocionantes.

A veces nos sentimos asustados o abrumados, pero siempre podemos encontrar la fuerza para seguir adelante. Melodie y Bianca se miraron entre sí, pensando en las palabras del payaso. De repente, la montaña rusa comenzó a moverse nuevamente.

Esta vez, sin embargo, todo parecía diferente: las vueltas eran más suaves y lentas, pero aún emocionantes. Las chicas gritaban de felicidad mientras seguían avanzando por la pista.

Finalmente llegaron al final de la montaña rusa con grandes sonrisas en sus rostros. - ¡Eso fue increíble! -exclamó Melodie-. Gracias por tus sabias palabras, señor payaso. El payaso les guiñó un ojo antes de desaparecer detrás de un seto cercano.

Mientras caminaban hacia otro juego mecánico, Bianca le dijo a Melodie:- Creo que aprendí algo hoy gracias al payaso: nunca debemos rendirnos cuando las cosas se ponen difíciles. Siempre podemos encontrar la fuerza para seguir adelante. - ¡Exactamente! -respondió Melodie-.

Y también aprendimos que, incluso en los momentos más aterradores, siempre podemos encontrar algo emocionante y divertido. Juntas continuaron su aventura en la feria con una nueva perspectiva y actitud positiva frente a los desafíos que podrían encontrarse en el futuro.

FIN.

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