El peligro del juego de la copa


Había una vez una niña llamada Emilia, quien era muy curiosa y le gustaba experimentar cosas nuevas. Un día, mientras estaba en casa aburrida, decidió buscar en internet algún juego que pudiera jugar con sus amigos.

Después de un rato de búsqueda, encontró el "juego de la copa", del cual había oído hablar mucho. Emilia invitó a sus amigos a su casa para jugar al juego de la copa esa noche.

Al principio, todo parecía divertido y emocionante. Pero a medida que el juego avanzaba, las cosas comenzaron a ponerse extrañas. La copa se movía sola y los mensajes que recibían eran cada vez más inquietantes.

"¿Quién está moviendo la copa?" preguntó Emilia"Yo no estoy moviéndola" respondió uno de sus amigosLos chicos comenzaron a asustarse cada vez más cuando la copa comenzó a moverse violentamente y se rompió en pedazos.

De repente, las luces se apagaron y escucharon un ruido siniestro proveniente del sótano. "¡Vamos a ver qué es ese ruido!" dijo Emilia tratando de sonar valiente. Bajaron las escaleras lentamente hasta llegar al sótano oscuro donde encontraron una figura oscura parada en medio de la habitación.

"¡Corran chicos!" gritó Emilia mientras corrían hacia arriba. Lograron salir corriendo de la casa y se refugiaron en un lugar seguro para llamar a los padres de Emilia. Cuando llegaron los adultos, les contaron lo que había pasado esa noche.

Después del incidente con el juego de la copa, Emilia entendió que no todos los juegos son seguros y que hay límites en lo que se debe experimentar.

Ella decidió compartir su experiencia con sus amigos para que ellos tampoco cayeran en la trampa de los juegos peligrosos. A partir de ese día, Emilia descubrió su pasión por ayudar a otros niños a evitar situaciones peligrosas. Comenzó a organizar charlas educativas y talleres sobre seguridad infantil en su comunidad.

Así, logró convertir una experiencia aterradora en algo positivo y constructivo para ella y para los demás.

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