El peluche valiente



Había una vez, en una pequeña ciudad de Argentina, una maestra llamada Lourdes. Ella era conocida por ser la mejor maestra de preescolar del lugar. Le encantaba enseñar y pasar tiempo con sus alumnos.

Un día, mientras caminaba por el parque, encontró un peluche abandonado en un banco. Era un osito marrón, muy suave al tacto y con unos grandes ojos negros que parecían mirarla fijamente.

Lourdes se sintió triste al verlo allí solo y decidió llevárselo a casa. Desde ese momento, el osito se convirtió en su compañero inseparable. Lo llevaba a todas partes y siempre lo tenía cerca cuando estaba en casa.

Pero un día, mientras jugaban juntos en el patio trasero de la casa de Lourdes, algo extraño sucedió. De repente, el osito comenzó a hablarle: "Hola Lourdes", dijo con una voz aguda pero clara. Lourdes no podía creer lo que estaba escuchando: "¿Estoy soñando?", preguntó sorprendida.

"No estás soñando", respondió el osito. "Soy tu amigo y quiero pedirte algo importante".

Lourdes se acercó al osito intrigada: "¿Qué es lo que quieres pedirme?""Quiero que me ayudes a enseñarles a los demás peluches cómo ser buenos amigos", dijo el osito con firmeza. Lourdes sonrió ante la petición del peluche: "Por supuesto que te ayudaré", respondió entusiasmada. A partir de ese día, Lourdes comenzó a enseñarles a los peluches de la ciudad cómo ser amigos.

Les enseñaba sobre la amistad, el compañerismo y la empatía. Los peluches escuchaban atentamente las lecciones de Lourdes y ponían en práctica lo que aprendían. Pero un día, mientras daba una clase en el parque local, algo inesperado sucedió.

Un perro grande y feroz se acercó amenazante hacia ellos, haciendo que todos los peluches corrieran asustados.

Lourdes no sabía qué hacer para protegerlos, pero entonces el osito marrón tomó la iniciativa: "No te preocupes Lourdes, yo me encargaré de él", dijo con valentía. El osito se lanzó contra el perro y comenzó a pelear con todas sus fuerzas. Finalmente, logró vencerlo y ahuyentarlo del lugar. Los demás peluches miraban asombrados al osito: "¡Eres un héroe!", exclamaron emocionados.

A partir de ese momento, los peluches respetaron aún más a Lourdes y al osito marrón por haberles enseñado tanto sobre la amistad y por haberles protegido cuando más lo necesitaban.

Y así fue como Lourdes se convirtió en la maestra de peluches más querida de toda Argentina. Siempre recordaría aquella aventura donde su amigo el osito demostró que no importa cuán pequeño o indefenso parezcas ante los demás si tienes valor puedes superar cualquier obstáculo.

FIN.

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